En nuestro calendario hay un día de celebración y conmemoración para casi cada cosa: a personas, lugares, hechos históricos, colectivos, animales, enfermedades. Algunas de esas fiestas son a nivel mundial y respaldada por organismos internacionales como la UNESCO y la ONU.
Entre todo el maremágnum de días mundiales, nacionales o internacionales podemos encontrar que de todas la fechas en las que se dedica o conmemora un día especial quizás dos de los más famosos son el Día de la madre y el Día del Padre.
Pero hay unas figuras de vital importancia en nuestra vida y a las que no se les ha rendido el merecido homenaje y respeto que se merecen: los abuelos.
El 26 de julio está dedicado a ellos, pero es una de esas fechas que casi pasan desapercibidas, posiblemente al caer en época estival.
Muchos se preguntan que si ese es uno de los motivos ¿por qué no lo cambian de fecha? Pues porque el 26 de julio es, en el calendario católico, el día que se celebra la onomástica de San Joaquín y Santa Ana, los padres de la Virgen María y, por tanto, abuelos de Jesucristo, de ahí que se haya escogido este como el ‘Día de los Abuelos’.
Pero cabe destacar que la fecha de celebración del ‘Día de los Abuelos’ no es la misma en todo el planeta. Por ejemplo, y como curiosidad, en Polonia se celebra el 21 de enero el Día de la abuela y al día siguiente el del abuelo. En el Reino Unido es el primer domingo de octubre; en Canadá el segundo domingo de septiembre; en Chile el 15 de octubre; en Colombia el cuarto domingo de agosto; en Estados Unidos es el primer domingo después del Labor Day (día festivo que cae en el primer lunes de septiembre); en Francia el primer domingo de marzo o en México que es cada 28 de agosto, por poner unos cuantos ejemplos.
Hoy en día, gracias a internet y las redes sociales, fechas como estas las podemos tener más presentes gracias a que aparecen en mensajes, tuits (#DíadelosAbuelos) o Google le dedica su famoso ‘Doodle’