A casa llena se realizó la 71 Asamblea de Fedecámaras, ni una fracción de minuto se desperdició y mucho menos hubo aburrimiento.
Todos los delegados estuvieron a la expectativa del desarrollo de tan importante evento. Todo el país estaba atento a las inquietudes del empresariado, que estaba bajo la mirada del mundo emprendedor y también del mundo que no emprende y lo contrario, destruye jornadas de trabajo de lujo. Se aportaron soluciones en positivo y con fe en rostros propios y virtudes originales. No queda duda que los embarga el deseo de hacer y apostar al país en producir por el bien de todos, reconstruir en una forma responsable y en convivencia a realizar alianzas pacíficas en aprovechar y aumentar las bondades y riquezas de esta gran nación que Dios nos dio y hoy está pasando por un mal temporal, como si no tuviese dolientes.
Esta asamblea despertó con ánimo el seguimiento internacional y los inversionistas que por una u otra razón admiran nuestro país y asimismo desean que haya menos obstáculos que permitan la fluidez del progreso en todos los sentidos y rubros posibles, que se estimule el sector privado y se le considere como un aliado al desarrollo y su estabilidad, confianza y buen trato a Fedecámaras, a su gran equipo y afiliados basados en esfuerzo, talentos que han llegado a su mejor momento, defendiendo con dignidad sus derechos que no es otra cosa que su deseo de producir, generar puestos de trabajo y pagar impuestos; por ello es que el empresariado debe empujar la carreta hacia una sola dirección y estar consciente de que es una carga pesada que todo el que desea bienestar para el país debemos empujar y no mirar para los lados para no ver el esfuerzo de las personas de buena voluntad.
El presidente saliente, Jorge Roig, no escatimó esfuerzo en dejar a Fedecámaras en su mejor momento con su prestigio y creatividad en una forma asertiva e hilando muy fino con un discurso académico que invita a la creatividad y optimismo a creer y amar a nuestro país, sin olvidar el camino que le dejó abierto el presidente que le antecedió, Jorge Botti, cuya gestión también fue inobjetable por ser además asertivo con respuestas rápidas y discurso fácil; los dos presidentes se hicieron acompañar de un grupo de primera línea con una férrea voluntad de servir y todos a nivel presidencial sin objeción; el presidente entrante, Sr. Francisco Martínez, viene de foguearse en varios períodos y estamos seguros de que su gestión va a ser muy buena como la de sus anteriores, así que amigo Francisco, adelante no le importe que el camino sea largo y culebrero.
Aplaudo con mucho cariño las bien merecidas condecoraciones hechas en este evento, que sobrepasó todas las expectativas y las tomo como propias por ser mis amigos entrañables con quienes he compartido durante muchos años: Abelardo Riera Zubillaga, Félix Otamendi Osorio, Félix Suárez Mariño, Juan Bautista Salas, y nuestro maestro de maestros el diario EL IMPULSO, que me permite expresar mis inquietudes durante muchos años.
La organización de este magno evento de lujo y orgullo para todos los larenses fue muy acertada por parte del presidente de Fedecámaras-Lara, Sr. Alberto Gámez, y el equipo que lo acompañó. Es un motivo de admiración y felicitaciones y exaltación para estar y una invitación para trabajar por el país y para el país, consciente de que para que pueda hacer un muy buena unión uno debe llevar los tornillos y otros las tuercas.
Unidos todos por el Sistema de Riego Yacambu y el Ferrocarril de la Región….