En nuestra entrega anterior hablábamos de la necesidad de motivar a esos 5 millones de sinvergüenzas e irresponsables que jamás votan. Les debemos una explicación respecto a las duras opiniones que hemos tenido hacia ellos, en el entendido de que a pesar de que votar o no es una decisión personal y absolutamente democrática, en momentos como el que estamos viviendo, resulta absurdo hacerse el desentendido de esta trágica situación de empobrecimiento, matanza colectiva, escasez, alto costo de la comida y medicinas, robo, atracos y hampa desbordada, desempleo, sub-empleo, maltrato policial y militar, corrupción e inmoralidad gubernamental, además de la falta de futuro para nuestros hijos. Un cuadro tétrico que se metió en nuestras casas y en nuestro trabajo para alterar nuestra vida cotidiana y acabar con la paz y la tranquilidad de nuestras familias…
Esto ha avanzado a extremos inmerecidamente intolerables. Salvo los corruptos y mafiosos rojos que usufructúan del erario público y de todos los negocios derivados de la crisis, resulta imposible comer y sobrevivir con los míseros salarios que devengan los venezolanos. La gente hace cola porque sencillamente no puede comprar a los precios delictuales del “bachaqueo”. La distorsión ética moral de la sociedad nos ha hundido en un lodazal de abusos especulativos y vandálicos auspiciado y promovido por el propio régimen. Las necesidades alimentarias y de todo tipo las convierten en negocios. Cada día se nos hacen más reducidos los espacios de trabajo ante la ausencia de insumos y productos de todo tipo. El dólar de la corrupción mantiene abierta la compuerta de la ruina nacional para postrarnos y dominarnos. En los actuales momentos nadie puede decir que la situación no lo ha afectado en su entorno laboral o familiar.
El panorama es dantesco. De continuar la ruta revolucionaria estaremos entrando en una ruina colectiva que nos arrastrara a todos. Hasta esos que se sienten guapos y apoyados, esos vivos criollos que hacen negocios con el alto gobierno, serán postrados en la mendicidad porque tendrán dinero pero no tendrán que comprar. Deberán postrarse en las colas a esperar que el régimen les de las limosnas alimentarias para que sobrevivan. Todo esto, a la par de las elites rojas que continuaran viviendo la dulce vida de opulencia y obscena riqueza. Aviones privados y grandes propiedades serán el común de un país viviendo en el mar de la felicidad…
Entonces estimados señores que nunca votan. ¿Qué van a hacer? ¿Continuarán con su tóxica conducta irresponsable o asumirán el reto de comenzar la ruta de reconstrucción nacional?…
Mis comentarios:
.- Muy complejo el problema de la avenida Uruguay. Desde la comisión de infraestructura del Colegio de Ingenieros, estamos estudiando el caso. Paciencia.
.- Las decisiones que se deberán tomar en relación a las omisiones cometidas con esta obra, serán duras y ejemplarizantes. Hay que sentar un precedente.
.- El Colegio de Ingenieros de Venezuela, no es un club de contratistas. Es una Institución gremial que auspicia la ciencia y la tecnología para resolver grandes desafíos de la sociedad.
.- La actual junta directiva del CIEL está muy clara en la ruta reivindicativa de la ética y la moral en nuestro ejercicio profesional…
Como pasa el torbellino así desaparece el impío, más el justo quedara cimentado para siempre…(Proverbios 10:25)