“Soggetto Cavato” significa “sujeto tallado”. Un término que expresaba la melodía de un nombre en la música polifónica italiana de los siglos XV, XVI y XVII. “Soggeto Cavato” es también el título del maravilloso libro del Maestro Jesús (Chúo) Alfonzo sobre los primeros cinco años de El Sistema.
Literalmente, me lo devoré. Es un libro que deberían leer todos los venezolanos para recuperar la fe en el país y su gente. Desde el maravilloso prólogo de Isabel Palacios, donde cada palabra es una joya en sí misma, hasta el epílogo, las páginas están llenas de anécdotas que dan cuenta de la epopeya que ha sido la creación de nuestro Sistema de Orquestas. Toda gran obra empieza con una gran idea y necesita de alguien que crea fervientemente en esa idea y la impulse. Por eso, el nombre de José Antonio Abreu aparece en todos los capítulos. “Atril por atril”… “otra vez”… “otra vez”… los músicos todavía ensayan “a la manera” del Maestro Abreu, lo que significa que hasta que no esté perfecto, no terminan de ensayar. “Muchas veces empezábamos el ensayo a las seis o siete de la noche y no sabíamos a qué hora terminaríamos”…
Entrañables los recuerdos, las fotos, muchas de ellas inéditas, que reflejan a aquellos pioneros que no imaginaban el tamaño de la obra que estaban ayudando a construir. En palabras de Isabel Palacios: “Ser pionero no te deja ver el camino que estás construyendo, simplemente avanzas, abres brechas, sueñas y también crees ciegamente en quien te guía y te dice que el asunto es por allá, aquella persona que te habla de un futuro que eres incapaz de vislumbrar”.
El primer concierto, el 30 de abril de 1975, del que ahora celebramos 40 años, los ensayos en Parque Central, el “tocar y luchar” como lema, el entusiasmo, el optimismo y la fe de muchos en la iniciativa del Maestro Abreu, la reticencia, la negatividad y las burlas al proyecto de otros tantos. No fue fácil. Un profesor de la Lamas, dijo en más de una ocasión: “Abreu siempre empieza las cosas pero nunca las termina”.
El epílogo lo resume todo: “Esta revolución musical, social y verdadera nunca podrá terminar porque en cada hora del día se hace simplemente más grande, trascendente e infinita”.
No dejen de leer el libro para sentirse orgullosos de esta obra hecha en Venezuela por venezolanos.