La venezolana Alejandra Benítez no tuvo el ansiado desquite, pero celebró como un triunfo la plata conseguida en la final de esgrima de los Juegos Panamericanos de Toronto, en la que Argentina se consagró con dos bronces por primera vez en sable individual desde 1995.
Benítez, ex ministra de deporte y actual diputada oficialista, cayó por 15-13 golpes ante la canadiense Dagmara Wozniak el lunes en la final de sable individual disputada en el Centro Acuático y Deportivo de Toronto.
La esgrimista, odontóloga y política de 35 años revalidó la plata que había obtenido en Guadalajara 2011.
«Este es mi último juego panamericano, no me quería quedar con otra plata. Pero son cosas que pasan, es parte del deporte y hay que aceptar la derrota», dijo Benítez a The Associated Press. «Pero me llevo una medalla para mi país que es lo más importante».
Benítez, quien en su vestimenta llevaba grabada la imagen de los ojos del fallecido ex presidente Hugo Chávez, estuvo a punto de no competir debido a una fractura en la tibia.
«Asumí los riesgos y salí con medalla, eso me hace victoriosa», comentó.
La también ex modelo venezolana había derrotado 15-14 a la argentina María Belén Pérez Maurice, en un combate picante de semifinales. La argentina llegó a tener una ventaja de 12 golpes sobre seis, pero fallos polémicos y la mayor fortaleza mental de la venezolana definieron la batalla.