Carlos Torres se convirtió en el segundo umpire venezolano que debuta en las mayores, al ser colocado en la segunda base en el primer juego de una serie de tres entre Indios de Cleveland y Rojos de Cincinnati el viernes por la noche.
A pesar que el juego estuvo detenido por lluvia en el tercer inning, el criollo cumplió su sueño.
“Estaba contando los días, pero ya llegó el momento y debo controlar la ansiedad, los nervios”, dijo antes de su estreno al periodista Gilberto González.
Torres comenzó 2015 como jefe de grupo en la Liga Internacional (AAA).
“He hablado con Manuel (González) y me dijo que es lógico que sienta ese tipo de emociones, pero que conozco el juego y sé cómo manejar un partido. Después del primer lanzamiento, después de terminar la primera entrada, todo empezará a fluir. Es como pienso asumirlo”.
Torres, de 37 años de edad, llegó el jueves por la noche a Cincinnati donde unió al grupo que lidera Jeff Kellogg, con casi 23 años de experiencia en las mayores.
Torres fue seleccionado para intervenir como árbitro en los partidos de exhibición de la Liga de la Toronja, luego de su primera campaña en triple A y de ganarse un puesto en la Liga Otoñal de Arizona, donde todos los años los equipos de grandes ligas envían a sus más cotizados prospectos para que pulan sus herramientas durante el invierno.
Desde el 16 de marzo, el criollo tiene el estatus de call-up umpire, junto a otros 18 árbitros. Cada vez que un oficial del staff de MLB disfrute de su bloque de vacaciones, sufra algún percance físico o de cualquier otra índole, se abre una posibilidad de subir a la Gran Carpa. Eso fue lo que ocurrió este fin de semana.
Mark Ripperger solicitó un permiso para atender asuntos personales y Torres estaba en turno para ascender.
