Segunda visita del papa Francisco a Latinoamérica. La primera fue a Brasil, pocos meses después de su elección. Esta vez Ecuador, Bolivia y Paraguay tuvieron la suerte de recibir al Vicario de Cristo. Duele que Venezuela quede fuera de estas visitas papales, ni siquiera se vislumbra alguna, a diferencia de otros países que ya tienen fechas. Venezuela es hoy un país incómodo para cualquier Jefe de Estado y más para un Papa. La Iglesia ha recibido ataques arteros, injustos e insolentes, en estos 16 años de régimen “revolucionario”. Estamos frente a quienes no reparan en irrespetos y malos tratos para quienes se atreven a decir lo que ellos no quieren oír.
Pero a lo que iba, Francisco aprovechó muy bien esta gira para reafirmar la doctrina de siempre de la Iglesia sobre la familia. Este próximo mes de octubre se realizará en Roma el Sínodo sobre la Familia. “El que sirve, se pone al servicio de los demás. Y esto se aprende especialmente en la familia, donde nos hacemos servidores unos de otros.” Dijo el Papa. El combate al egoísmo, a la pereza, a la violencia empieza en la familia y es ésta la mejor escuela para enseñar y aprender los grandes valores de la humanidad y de la civilización cristiana. Sin familia, no hay futuro, y es obra de quienes somos cristianos no solo la defensa de la familia, sino su rescate de quienes quieren acabarla e inventar un nuevo y pernicioso concepto de familia. Ha dicho el Papa en Guayaquil, que “la familia es el hospital más cercano, cuando uno está enfermo lo cuidan ahí mientras se puede, la familia es la primera escuela de los niños, es el grupo de referencia imprescindible para los jóvenes, es el mejor asilo para los ancianos. La familia constituye la riqueza social.” Efectivamente, la familia es la gran riqueza social y lo es en todas partes del mundo, por eso los grandes y diabólicos ataques a la familia. Si se corrompe la familia, se corrompe la sociedad y surge el caos. Mantener y proteger la familia es una obligación moral para toda sociedad y especialmente para el Estado. De que preservemos la familia como fuente de riqueza moral y espiritual, depende el futuro de la humanidad y el Papa está muy consciente de esto.
Lamentable la impertinencia de Evo Morales. El Santo Padre lo tomó con mucha paciencia y caridad cristiana. En el vuelo de regreso a Roma el Papa confesó que se sorprendió por el regalo deun Crucifijo clavado en la hoz y el martillo comunista. Dijo el Papa que es una forma de protesta y que muchas veces las protestas son irrespetuosas, como ésta. Evo no debe saber y si lo sabe no le importa que Cristianismo y comunismo son incompatibles. El Cristianismo es Teocéntrico, trascendente, espiritualista, contrario a cualquier forma de violencia, mientras que el comunismo es ateo, materialista, fomenta el odio de clases, violento y engañoso. No hay posibilidad alguna de entendimiento entre esas dos posiciones y si algunose empeña, revise la vida de san Juan Pablo II, allí captará muy bien las diferencias.
