Considera que el humor es el principal rasgo de su carácter. Se ríe de todo. Aprecia por encima de todo la sinceridad en las acciones de los hombres. De sus amigos espera que sigan siendo sus amigos. Colecciona palabras raras, que guarda en un archivo en su computadora. Goza trabajando y jugando barajas. No se imagina qué podía haber hecho sin no hubiese sido ingeniero, una profesión que le viene de familia. Va a cumplir 94 años el 10 de agosto y está completamente lúcido. Se graduó en 1942 de Ingeniero Civil y fue becado para hacer el postgrado en MIT, Massachusetts Institute of Technology, de donde egresó en 1944. Se llama José Bernardo Pérez Guerra y es el egresado vivo de mayor edad de nuestra Universidad Central de Venezuela.
Pérez Guerra es uno de esos próceres civiles que en el estricto sentido de la palabra ha colaborado a construir el país. Desde que participó en la fundación del INOS en los años 40, hasta hoy que trabaja en cómo sacar 8 metros de agua del último sótano de un edificio en construcción, lleva setenta y cinco años haciendo patria. Lo conocí porque fui a entrevistarlo como parte de un proyecto que tenemos en la Comisión de Historia de la Academia de la Ingeniería y el Hábitat, con el ingeniero Miguel Bocco.
Veterano en todas las lides de los estudios de suelo, recuerda como su mayor reto el haber resuelto una abducción de más de 20 km. desde la Represa de El Pilar hasta Maracaibo, a punta de drenajes e inyecciones de aire. Recuerda con respeto a sus profesores: Ernesto León, de Hidráulica y Fundaciones; Edgar Pardo Stolk, de Estructuras y Fundaciones; Santiago Vera Izquierdo, de Mecánica Racional, Rafael De León y otros ingenieros que como Pérez Guerra, consolidaron el paso de un país rural a uno petrolero.
La CVG y Pdvsa también se vieron beneficiadas por la brillantez de Pérez Guerra, quien por décadas recorrió el país resolviendo problemas. Recuerda con admiración a Rafael Alfonzo Ravard, Leopoldo Sucre Figarella, Juancho Otaola y a Óscar Benedetti.
Se emocionó recordando a su mujer por 74 años, Eva Santana y se confesó seguidor del pianista Damirón, con quien en una ocasión tocó el bongo.
Brillante, sencillo, encantador. Recuerden su nombre porque es uno de los constructores de nuestro país: se llama José Bernardo Pérez Guerra.
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