El papa Francisco defendió el domingo la lucha por la redistribución de la tierra en uno de los barrios más pobres en Asunción, antes de oficiar una misa campal con cientos de miles de peregrinos para concluir su gira sudamericana de ocho días que lo llevó a Ecuador y Bolivia.
En una homilía en el predio militar de Ñu Guazú, en las afueras de Asunción, muy espiritual y solemne, el papa describió «la cédula de identidad del cristiano».
Sostuvo que el objetivo de los fieles de Jesús «es pasar de la lógica del egoísmo, de la clausura, de la lucha, de la división, de la superioridad, a la lógica de la vida, de la gratuidad, del amor», dijo ante una audiencia en la que destacaban en primera fila los presidentes de Paraguay, Horacio Cartes, y de su país natal, Argentina, Cristina Kirchner.
Hay que «pasar de la lógica del dominio, del aplastar, manipular, a la lógica del acoger, recibir, cuidar. Son dos las lógicas que están en juego, dos maneras de afrontar la vida y la misión», apuntó
Antes de llegar a este predio con más de 500.000 personas, según estimaciones de las autoridades, el papa visitó el barrio pobre de Bañado Norte de Asunción, vivo ejemplo de la desigualdad en Paraguay sin huellas del gran crecimiento que ha experimentado esta nación de siete millones de habitantes, con alrededor del 40% viviendo en la pobreza.
Jovial con todos los niños que se lanzaban a tocarlo, y dispuesto a repartir besos a enfermos y ancianos, el papa celebró «la pelea» por la tierra y por una vida más digna «que no les ha sacado la solidaridad; por el contrario, la ha estimulado, la ha hecho crecer», dijo a miles de vecinos.
María García, coordinadora de las organizaciones de Bañado, denunció ante el papa el desprecio del Estado hacia pobres como ellos, desplazados campesinos en un país donde el 1% de los propietarios de tierras controlan alrededor del 77% de la tierra productiva del país.