El actor egipcio Omar Sharif, fallecido el viernes en El Cairo a los 83 años, se hizo célebre con su papel en el filme «Lawrence de Arabia» y se consagró con «Doctor Zhivago», película que lo convirtió en icono internacional en la década de 1960.
Sharif, cuyo nombre de nacimiento era Michel Chalhoub, nació el 10 de abril de 1932 en Alexandría (norte), en una familia de origen sirio-libanés de comerciantes de maderas preciosas y fue educado en el rito católico greco melquita.
Después de estudiar en el Victoria College de Alejandría, donde descubrió el teatro, hizo estudios de matemáticas y física en la universidad de El Cairo y trabajó cinco años con su padre.
El director Youssef Chahine se fijó en el joven y le ofreció un papel en «Shaytan al-Sahra», donde debutó junto a la estrella egipcia Faten Hamama. Casados un año después tras la conversión del actor al islam, tuvieron un hijo, Tarek.
Su actuación en «Lawrence de Arabia» (1962), le valió un Globo de Oro y una candidatura a los Oscar. Después, Omar Sharif decidió instalarse en Estados Unidos.
Fue tres años después, en 1965, cuando volvió a encontrarse con David Len, quien le ofreció el papel protagonista en «Doctor Zhivago», recompensado con otro globo de oro y probablemente el trabajo más emblemático de su carrera.
Omar Sharif interpretó a Genghis Khan y al Che Guevara y actuó en películas tan distintas como «Mayerling» (1968) de Terence Young, «Funny girl», de William Wyler, con Barbra Streisand (1968) o «Los poseídos», de Andrzej Wajda (1988).
A partir de los años 1980, se centraría en papeles televisivos.
Premio a una carrera
En 2004, su papel en «El Señor Ibrahim y las flores del Coran», de François Dupeyron, en el que interpreta a un viejo tendero árabe que traba amistad con un chico judío, le valió el premio César al Mejor Actor. Un año antes, había recibido el León de Oro en el Festival de Venecia por toda su carrera.
Campeón de bridge, en los 70 y 80 coescribía una columna en un diario sobre este juego de naipes; también escribió varios libros y cedió su nombre al juego de ordenador «Omar Sharif Bridge». «Prefiero estar jugando al bridge que haciendo una mala película», bromeaba.
También era propietario de una casa de caballos de carreras purasangre y amante de los casinos, hasta que en 2006 afirmó que había dejado de jugar para «no ser esclavo de una pasión», a excepción del cine.
Políglota consumado, Omar Sharif hablaba con fluidez inglés, árabe, español, italiano, griego y francés, tras vivir entre Estados Unidos, Francia e Italia, antes de regresar a su país natal a pasar sus últimos años. Allí pasó el ocaso de su vida, y allí le fue diagnosticada la enfermedad de alzheimer.
Estilo de vida de ‘playboy’
Sharif nunca volvió a casarse, aunque tuvo otro hijo tras una breve relación con la periodista italiana Lula De Luca.
Su estilo de vida de hoteles lujosos, casinos y restaurantes, de California a la Costa Azul, no estuvo exento de polémica.
Su carácter colérico era célebre, hasta el punto de llevarle varias veces ante la justicia: en 2003 dio un cabezazo a un policía en el casino de Enghien-Les-Bains (región parisina).
«Me convirtió el héroe de toda Francia. Dar un cabezazo a un policía es el sueño de todo francés», afirmó sin arrepentirse.
En California, en 2007, agrediría a un aparcacoches que rechazaba su billete de 20 euros y reclamaba dólares.
Sharif se sometió a un triple bypass de corazón en 1994 y sufrió un primer ataque cardíaco en 1994, según la base de datos cinéfilos IMDb, tras lo cual este fumador empedernido dejó el tabaco.
En enero de 2011, aún lúcido, el actor exigió la marcha del presidente Mubarak, al tiempo que expresaba sus dudas sobre la llegada al poder de los Hermanos Musulmanes.