Según representantes del sindicato de la Siderúrgica de Barquisimeto, la destrucción de más de 11.000 armas que se llevó a cabo ayer con materiales prestados de otras empresas y de esa manera, pusieron en funcionamiento Sidetur.
Comentaron que desde hace tres años que se expropió la empresa, no se hizo ningún tipo de inversión, “por eso hoy día estamos sin insumos y materiales. La empresa está en quiebra”, aseguraron, al tiempo que pidieron no publicar sus nombres, por miedo a represalias.
“Solo hoy (ayer) se puso en funcionamiento para arrancar y no se sabe cuando se activará nuevamente porque no hay dotación, equipos de protección personal ni nada para laborar”.
Explican que la paralización total se ejecutó desde el pasado viernes 3 de julio, “y no se sabe cuando volvamos a arrancar porque todo es importado y no hay divisas para invertir en la planta, lo que pone en riesgo el sustento de 2700 trabajadores directamente”.
Desde el año 2012, ellos no firman un nuevo contrato colectivo, lo que les ha afectado en sus beneficios laborales, “después de la expropiación, la nueva junta directiva no supo administrar y desde entonces comenzaron las fallas de producción, la falta de insumos chatarra, repuestos, entre otros”.
Ayer, al ver llegar a la viceministra de Prevención y Seguridad Ciudadana, Katherine Harington; así como la directora general del Servicio Nacional para el Desarme, Delia Rondón; el director general de Armas y
Explosivos, general de brigada Carlos José Armas López, se travesaron los trabajadores y con pancartas en mano, protestaron ante la grave situación y explicaron lo ocurrido.
“Ella dijo desconocer lo ocurrido y se comprometió en hablar con el ministro de industrias y hará un comunicado a los jefes de mayor jerarquía, pues al parecer, no tenían conocimiento de la quiebra de la empresa”.
Los trabajadores se mostraron preocupados, ante los rumores que el pago alcanzará solo para un mes.
En cabillas
A pesar de los inconvenientes y protesta laboral, como se ha hecho desde hace años, en Sidetur se realizó la destrucción de armas que anteriormente fueron inutilizadas.
El fiscal superior, William Guerrero, supervisó la acción, donde convirtieron 11.126 armas en cabillas, las cuales serán usadas para la construcción de casas en el marco de la Gran Misión Vivienda Venezuela.
Katherine Harington, dio parte de 1.673 pistolas;1.608 revólveres; 38 carabinas; 2.325 escopetas; 8 fusiles; 5 subametralladoras; 62 rifles; 1 lanza granadas; 286 armas blancas; 4.016 armas de fuego de fabricación industrial; 114 flobert y 991 han soft.