Desde hace ocho meses, el país desconoce las cifras oficiales de los casos de dengue y chikunguña.. Entre las consecuencias más graves, están la desventaja que tienen los expertos en el área de entomología para estudiar las características del mosquito vector y evitar que el país sea doblegado nuevamente por estas dos patologías, tal y como sucedió en 2014. Esta situación es denominada como silencio epidemiológico y vulnera la libertad de información de los ciudadanos.
Así lo considera la directora del Postgrado de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Nereida Delgado, quien disertó sobre el impacto del mosquito Aedes Aegypti y Aedes Albopictus en la ecoepidemiología del dengue y la chikunguña durante la tercera jornada del XXIV Congreso Venezolano de Entomología, celebrado en auditorio Ambrosio Oropeza de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA).
El último boletín epidemiológico oficial que se conoce es el número 44, publicado en la semana del 6 al 11 de octubre de 2014, cuando el ministerio informó los 80 mil casos de dengue existente en el país. En ese tiempo se estimaba que el chinkunguña promediaba los 240 mil casos.
“Esta situación perjudica a los gobiernos regionales para el control de vectores, puesto que con estas estadísticas se conoce la interacción del vector en función de formular una planificación para abatirlos con insecticidas. Es una forma inmediata de frenar una posible epidemia. En segunda instancia, la Organización Mundial de Salud (OMS), requiere de esta información para analizar la circulación del virus.
En su página web, la casilla de Venezuela sobre casos de dengue se encuentra en blanco”, expuso.
“Asimismo, nosotros como entomólogos necesitamos saber donde están las enfermedades para entonces estudiar a los vectores y ofrecer alternativas para impedir su propagación, de lo contrario pueden producirse desplazamientos de mosquitos desde las zonas urbanas hacia las rurales, donde está la población más vulnerable”.
Desventaja ante una epidemia
Al consultarle a Delgado sobre la capacidad del país en enfrentar una epidemia, respondió que existe una clara desventaja por cuanto el Estado evade sus responsabilidades preventivas. Así como se demostró el año pasado con una serie de debilidades.
“En primer lugar, no se hizo una campaña informativa para alertar a la población sobre las características del virus; en segundo punto, el Estado no elaboró un plan de dotación de hospitales con fármacos elementales como los antipiréticos, en el país no había acetaminofén en ese momento de crisis.
“En tercera instancia, el Gobierno no realizó una dotación de reactivos para laboratorios públicos y privados, lo que produjo un desconocimiento de los casos y la aparición de una cantidad de mitos sobre virus que estaban en el aire; y por último, no se le dio el trato preciso a la persona que ingresó al país con el virus de chikunguña desde República Dominicana, quien debía ser aislado con cuarentena para evitar la propagación”.
Época de lluvias y amenaza del virus Zika
Por otra parte, Delgado alertó que el inicio del periodo invernal en el país puede atraer mayores casos de dengue y chikunguña. Sin embargo, algunas personas adquieren inmunidad porque su organismo ya ha combatido algunos serotipos.
“En el caso de dengue hay cuatro serotipos, así que la persona es más vulnerable de padecer esta enfermedad nuevamente. En cuanto al chikunguña, si bien la persona adquiere inmunidad plena en su organismo, persiste con secuelas reumáticas”.
Al preguntarle sobre el virus Zika, vector similar al chikunguña que empieza a engrosar la lista de infectados en países vecinos como Brasil, contestó que pudiera aproximarse a la Nación en los próximos meses. No obstante, acotó que la sintomatología de esta patología es mucho menor en comparación al dengue.
Lo más preocupante es que también desconocen las estadísticas de otras enfermedades como mal de Chagas y malaria. Esta última patología registró un reporte de 80 mil casos en el estado Bolívar durante 2014.