Google tiene un nuevo reloj en su catálogo aunque no tiene intención alguna de competir con equipos como el Apple Watch. El wearable experimental ha sido desarrollado por la división Google X y está especialmente dirigido a la investigación clínica. De esta forma, el dispositivo no solo se encarga de monitorear parámetros habituales como el ritmo cardíaco o la temperatura corporal; también es capaz de detectar determinadas variables ambientales como la luz o los niveles de ruido.
El objetivo es que este reloj pueda ser usado en entornos médicos, en los que un profesional pueda seguir la actividad de un paciente fuera del laboratorio, en condiciones reales, y tratarle en consecuencia. «Ahora, se le pide a los pacientes que asuman una responsabilidad significativa en la recopilación de información», apunta Kara Denni, directora de salud móvil en Medidata, compañía neoyorkina especializada en el análisis de datos.
El plan de Google tras este anuncio es asociarse con diferentes instituciones que le ayuden a asegurar la exactitud de medición del dispositivo, con miras a una aprobación regulatoria para finales de verano tanto en EEUU como en Europa. Quién sabe, quizás de aquí a un tiempo antes de mandarte una caja de pastillas, tu médico te recete llevar un reloj por varias semanas.
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