Alejandro José Escalona Pire, de 25 años, recibió su título de licenciado en Deportes el viernes, por parte de autoridades del Pedagógico. Había presentado para ingresar en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y fue seleccionado, por lo que su curso empezaba en agosto. Un buen futuro por delante tenía Escalona Pire y el mismo fue truncado por unos delincuentes que tras resistirse al robo le arrebataron su vida.
Escalona Pire vivía en la calle 3 del sector 1 de Las Casitas, al norte de la ciudad. Como todos los fines de semana se reunía con sus amigos para compartir, pero en esta ocasión la celebración era por su logró, su licenciatura. Se habían encontrado en la calle 5, a tan solo dos cuadras.
A las 5 de la mañana, Escalona Pire decidió irse a su casa, en compañía de un primo de él que es funcionario de la Guardia Nacional. Cuando les faltaba una cuadra para llegar, unos sujetos los interceptaron para robarlos. Escalona Pire corrió y el delincuente sacó un arma y le disparó en el cuello y ambas piernas.
El castrense cuando vio que Escalona Pire se desplomó se le lanzó encima al delincuente y sacó un arma que cargaba y le disparó; sus acompañantes escaparon.
El supuesto delincuente fue trasladado hasta el ambulatorio de Tamaca y desde allí referido al Hospital Central Antonio María Pineda. Se identificó ante los funcionarios como: Wilmer José Orellana Contreras (32), dijo vivir en la manzana L de Las Sábilas, aunque el número de cédula de identidad que dio no concuerda con sus datos.
Efectivos del Cicpc estaban investigando si ese es su verdadero nombre. Orellana Contreras era intervenido quirúrgicamente y en condición un poco delicado.
Sobre la víctima fatal se conoció que era el mayor de tres hermanos, era bastante querido por la comunidad.
Al momento en el cual los funcionarios del cuerpo detectivesco le quitaron la sábana al cuerpo de Escalona Pire, quien quedó boca abajo en medio de la calle, todos los presentes se abalanzaron hacia él, no paraban de llorar. Sus seres queridos le sobaban la mano y fue tanta la multitud que se aglomeró que los funcionarios de la Policía del estado, no pudieron controlarlos.
