Grecia se encamina a territorios inexplorados y a un futuro incierto sobre el uso de la moneda en común europea luego que los votantes rechazaron las exigencias de los acreedores internacionales de mayores medidas de austeridad a cambio de un rescate financiero para su economía en bancarrota.
Los resultados mostraron que el 61% de los participantes en el referéndum se pronunciaron por el «no», comparado con el 38% del sí, con 97% de la votación contabilizada. El referéndum —el primero en Grecia en más de cuatro décadas— se da en medio de severas restricciones en las transacciones financieras en el país, impuestas la semana pasada.
Fue una victoria crucial para el primer ministro griego Alexis Tsipras, que había jugado el futuro de su gobierno de izquierda que llegó al poder hace apenas cinco meses en un juego de política arriesgada de todo o nada con los acreedores de Grecia de otros países europeos que usan el euro, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo.
Tsipras convocó al referéndum el pasado fin de semana, insistiendo en que un «no» fortalecería su capacidad para negociar un mejor trato para su país. Su gobierno ha dicho que cree que sería posible lograr un acuerdo con los acreedores en las próximas 48 horas.
Pero funcionarios europeos y la mayoría de los partidos de oposición de Grecia pintaron el referéndum como si éste fuera respecto a si el país debía seguir utilizando el euro como divisa, a pesar de que esa no fue la pregunta en la boleta de votación. Encuestas de opinión del viernes mostraron que 74% o más de los encuestados querían que Grecia permanezca en la zona del euro.
La canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Francois Hollande hablaron entre sí la noche del domingo y acordaron que «el voto del pueblo griego debe ser respetado», informó la oficina de Merkel.
Tsipras «ha derribado los últimos puentes por los que pudieron transitar Europa y Grecia hacia un acuerdo», declaró Sigmar Gabriel, vicecanciller y ministro de Economía de Alemania. «Al decir no a las reglas europeas, como se reflejó en el voto mayoritario por el ‘No’, es difícil imaginar negociaciones sobre un paquete de ayuda por miles de millones».
El pulso de Tsipras con sus acreedores hizo que Grecia incumpliera un plazo de su deuda la semana pasada y cerrara los bancos para evitar su colapso. El endeudado país también perdió el acceso a miles de millones de euros tras expirar el acuerdo de rescate que estaba vigente.
El gobierno griego afrontará difíciles desafíos en cualquier caso, indicó el politólogo de la Universidad de Yale Sathis Kalyvas. Con el «no», Atenas podría encontrarse con que los países de la eurozona se niegan a negociar un acuerdo mejor porque desconfían de Tsipras.
Otro problema con cualquier negociación futura es que los acreedores griegos no están de acuerdo entre sí. El Fondo Monetario Internacional ha sido que no participará en un tercer rescate a menos que incluya un considerable alivio de la deuda griega. Otros países europeos, sin embargo, han descartado aliviar la deuda hasta que Atenas acometa más reformas financieras.
Lea también:
Maduro: La victoria de Grecia la consideramos nuestra