Lindsay Lohan ha rechazado su último papel ante una cámara porque es «demasiado buena». Así es. La denostada actriz no teme protagonizar las peores películas que Hollywood produce, pero es demasiado orgullosa para anunciar hamburguesas. La cadena de comida rápida Burger King quiso contar con ella para su último comercial, pero Lindsay ha dicho que de eso ni hablar por miedo a que dañe su carrera cinematográfica.
La actriz no tenía que memorizar ni una sola línea. Burger King le pedía que apareciese con una caja de Spicky Chicken Fries, cogiera una y la fumara como si fuera un cigarrillo y soltase el humo. Fin. Lindsay se sintió doblemente ofendida: uno por pensar que una intérprete de su nivel puede anunciar hamburguesas y dos por «hacer bromas» con sus problemas con las drogas, según ha contado una fuente a «Page Six». Por eso, la actriz pidió «control creativo» sobre el anuncio y un primer pago simplemente por darle una vuelta al asunto y pensar si le convenía o no. Y por supuesto, la cadena se negó.
«Está hecha polvo, duerme en casa de diferentes chicos cada semana y aún así piensa que es Elisabeth Taylor», asegura la misma fuente. Tras triunfar en los 90 con la película «Tú a Londres y yo a California» y volver a saborear el éxito con «Chicas Malas» junto a actrices como Rachel McAdams o Amanda Seyfried, Lohan cayó en una espiral de drogas y alcohol que la ha llevado hasta seis veces a rehabilitación a lo largo de los últimos años. En varias ocasiones, ha termiando pisando la cárcel por breves períodos de tiempo por motivos como conducir borracha. Tras su última salida de la cárcel en 2007, la actriz estrenó «Sé quien me mató», una película con escenas de sexo explícito en la que Lohan interpretó a una stripper. La crítica tiró por los suelos tanto la película como la actuación de la actriz, y supuso uno de sus últimos trabajos.
Su vida privada tampoco se salva de la polémica. En julio de 2008 anunció su relación amorosa con la DJ Samantha Ronson, un noviazgo que terminó a principios de 2010 con orden de alejamiento por el medio y el único hasta la fecha con una mujer. Ese mismo año,fue acusada de fraude por una boutique de belleza y retomó las peleas con su padre, quien presuntamente envió un mensaje anunciado que Lindsay era portadora del VIH. Este año, su madre intentó vender sus pertenecenciassin permiso de la actriz, lo que supuso la ruptura definitiva de la familia.
Sin pareja, sin familia y sin trabajo, Lindsay Lohan tiene aún su orgullo para anunciar hamburguesas, como ya hicieron en su lugar Carmen Lomana (para Burger King) o Kate Upton, sin perder un ápice de elegancia una y de sensualidad la otra. Curioso que Lindsay se resista, cuando precisamente su carrera comenzó con un anuncio para Pizza Hut.