Si hay algo que no debe desaparecer de un pueblo es la riqueza de su cultura, como parte fundamental de sudesarrollo.El cultivo, la propagación, motivación y promoción de las artes en general, sonelementosque se encargan de hacer fructificar el tesoro histórico, las ideas, la concepción del arte como erguidaexpresión del espíritu y talentodel manejo del estilo en el pintor y del lenguaje en el escritor.
A veces es necesario desviar la atención y ocuparse en cosasmás amablespara que el espíritu se libere de la rutina y las angustias. Todos tenemos algo de poetas, músicos o locos; lo que importa es que no se deje perder el contenido de experiencias y aprendizajes que guarda la memoria, antes que el tiempo las borre de la mente cuya lucidez no está garantizada a nadie.
El tema del arte es inmenso, por tal razón el trabajo en esta ocasión se reduce a la belleza de la pintura, definida como la habilidad que tiene el artista de expresar lo bello sobre un lienzo o superficie plana. La belleza suprema se halla sobre todo en la imitación de la naturaleza como medio de expresión libre que utiliza el artista,su estilopersonal y perfeccionamiento expresado en sus obras.
En este mundo todos aprendemos de otros, nos nutrimos de la fuente de los maestros, también de la nuestra aprenden los dedicados al arte de la belleza. El pintor por ejemplo toma del poeta no sus lecturas ni conocimientos,sino aquello enlo que se haya fijado para inspirar su verso o su escrito. Leonardo da Vinci aconsejaba a sus discípulos que miraran atentamente los desconchados, las grietas, los rotos, lo deteriorado de los viejos muros, lasondulaciones de las piedras, las vetas del mármol, los tules y blondasque formanlas nubes, el chasquido de las olas contra la playa,los diamantes que deja el rocío sobre las plantas; elementosque son de gran ayuda a la imaginaciónpara captar con más facilidadcombinaciones,brillos, claroscuros, matices, motivos y encantos que enseña a cada paso lamadre natura.
Los ojos son las ventanas por las que se experimenta el placer de confirmar la belleza de fuera y el sentimiento de captar lo moral, lo sublime y apacible. Los dos: belleza de fuera y sentimientointerno son imprescindibles; lo que los dos ven va dirigido al corazón y al ánimo.
El pintor conoce la alegría y alma de las liras, tiene la habilidad de pisar el trueno de una bruma enrarecida, de meterse en las borrascas llegando hasta el fondo reposado de un paisaje encantador, sabe dónde encontrar la esencia de las sílabas del agua, conoce el orden de las soledades,el divino idioma de la esperanza,el fondo del alma del hombre y su ramal de riendas y raíces, lleva al lienzo el eco sublime que dejanen su caída las hojas del otoño,sabe de la neblina del ocaso que debilita la fortaleza de las piedras,mide la Geometría del paisaje, le da color y lo embellece, un tono aquí, alláguirnaldas mojadas por la lluvia, pintallantos que caen en forma de pétalos, en sus manos cabe el aire de las tardes, puede leer en la bella palmera el ritmo tropical de su alegría, con su mágico pincel, deshoja nombres y también constelaciones, puede pintar el perfume que guarda un seno de mujery cantar en su lienzo la felicidad narrada de una historia a la orilla de un crepúsculo.
“La voluntad no es la que hace al artista, sino que viene ungido de antemano por prolífico polen sobrehumano. Es así como Dios reparte las potencias estéticas del arte”. (Rafael Núñez)
