Las imágenes publicadas en cada una de las ediciones de este especial permiten que nuestros lectores saquen sus propias conclusiones y respondan por sí solos la interrogante del título. La mayoría de los templos de la ciudad necesitan algún tipo de atención en materia de infraestructura, situación que se agudiza con la falta de mantenimiento.
La Iglesia Nuestra Señora del Valle, creada el 2 de febrero de 1962 y ubicada en la calle 50, es un claro ejemplo de lo que sucede cuando se deja avanzar el deterioro. Cuando el actual párroco encargado recibió la administración del templo se encontró con dos habitaciones despojadas del techo, por tanto se vio en la obligación de convertir el comedor en un cuarto.
Los baños se encuentran en franco deterioro y una de las letrinas clausuradas presenta filtraciones que corroen el subsuelo con consecuencias en el piso de la iglesia.
La madera que sostiene gran parte del techo está siendo devorada por las termitas. Techos y paredes se encuentran agrietados, como consecuencias de filtraciones de agua de lluvia y el campanario no funciona, de allí que se trata de uno de los templos con mayores necesidades de la ciudad.