Son muchos los que han escrito que el hombre nace libre y el Estado a través de costumbres y leyes lo hace esclavo de otros hombres, empresas y del propio Estado.
Las formas de esclavitud son ampliamente conocidas, mas siempre tienen que ver con las formas de exigir trabajo, cómo realizarlo y cuál es su reconocimiento.
En nuestro caso,el Estado venezolano gira alrededor de leyes de tradición colonial, en donde se comienza por la exigencia: “El Estado es dueño del subsuelo y el ciudadano dueño de lo que trabaja y hace arriba del suelo” ¡Que desgracia que debajo de una casa-hogar familiar se consiga petróleo!
Muy poco tiempo ha transcurrido para tener leyes parecidas a un Estado Todopoderoso, gobernantes omnipotentes, de tal manera de hacer ciudadanos esclavos e indefensos, cuando se materializa: “Se respetará la propiedad privada siempre y cuando el Estado no la necesite por interés público o interés social”, y me pregunto: ¿Qué es interés público?, ¿qué es interés social?, todo vago y subjetivo, algo así como oportunidad para hacer el bien o para hacer el mal y es aquí a donde hemos llegado.
La riqueza petrolera (del Estado) es manejada por ciudadanos oligarcas del Estado y así otras empresas de propiedad del Estado, más al resto de esclavos venezolanos y de otros países que viven en Venezuela se nos reconoce el libre derecho al trabajo y me hago otras preguntas: ¿Cuál trabajo? ¿Qué puedo producir? ¿En qué puedo beneficiar a otros?, y empiezo a explicarme la valorización o desvalorización de esa moneda llamada bolívar frente a moneda extranjeras.
Los países que desvalorizan su moneda lo hacen para conseguir ventajas competitivas y lograr con ello exportar productos, si esa es la intención nuestra tenemos que exportar los productos hechos en el trabajo del comercio informal, los productos de las loterías de Estados y otros juegos de envite y azar, los productos de los compradores y vendedores de monedas extranjeras, los productos de vendedores de bebidas etílicas, los productos de cuidadores de carro y los productos que quizás desacertadamente se nos están yendo, que son los de el trabajo educativo en nuestras universidades y es aquí donde entiendo ese Estado capitalista, burgués, con gobernantes burgueses, dueño de todo y una inmensa población de esclavos que no se les permite ni se les incentiva para producir nada porque el único reconocimiento que se tiene es el de la dependencia de una renta petrolera que lo menos que cumplen son los postulados doctrinarios de democracia, de capitalismo, de socialismo o de cualquier otro epíteto que le dé el valor real de ciudadanos libres en contraposición a esclavos.
Aspiro a que tomen estas reflexiones en nombre de la gente trabajadora y productiva y entiendan que no se necesita ser un analista político o un economista como los muy buenos que hay aquí como Peter F. Drucker, padre de la gerencia del mundo para entender de que estamos careciendo en nuestro rico país y que aun con todas las dificultades por lo que estamos atravesando, sigue la buena voluntad del sector productivo de continuar produciendo, no que le den, sino facilitarle el desarrollo de la creatividad y darle valor al que soluciona y hace, eso seria suficiente para que seamos un país productivo y no un país dependiente, no colocar a todo el mundo en un mismo saco, cada quien logre su éxito por sus propios medios y capacidad de producir y compartir, no bajo una ideología si no a base de talento y voluntad propia.
Unidos todos por Sistema de Riego Yacambú y Ferrocarril de la Región.
@JGMendozabarqto
