¿Cómo soñaría un robot? Esta es una pregunta que probablemente se harían los amantes de la ciencia ficción. Los sueños son un elemento íntimamente relacionado con los seres con capacidades cognitivas. Aún así, es sorprendente escuchar a los ingenieros de software de Google hablar de «cómo sueñan» sus redes neuronales, más aún si es posible llevar estos “sueños” a imágenes.
Redes neuronales, ¿qué son?
Las redes neuronales son un sistema de procesamiento de información que simula el aprendizaje animal mediante el uso de «neuronas» artificiales. Son sistemas capaces de aprender imitando el paso de información a través de una red de unidades de proceso. Así, imitan el sistema que tienen las neuronas del cerebro de procesar la información.
Las redes neuronales aprenden. Pueden de adquirir información y utilizarla para mejorar su modo de funcionamiento. Imitan la manera de reorganización informativa cerebral, se auto-organizan y son dinámicas, tolerando y ajustando los errores por sí solas. Aunque todavía ni se acercan a las redes neuronales naturales, su capacidad es increíble.
Así sueña una red neuronal
Las redes neuronales diseñadas por Google para trabajar imágenes emplean varios puntos de entrada de información, la cual pasa por varias capas llegando, finalmente, a una «capa de salida». Por ejemplo, se le muestran diversas fotos de puentes y la red detecta los detalles, formas y matices que contienen las fotos. Al final, la red neuronal «comprende» lo que es un puente, así que cuando busquemos «Puente», mostrará imágenes que se ajusten a lo que ha aprendido.
Luego, para estudiar cómo funcionan las redes neuronales, el equipo de Google ha revertido el proceso. En vez de detectar, se les pide a las redes neuronales que «dibujen» lo que han aprendido. Así, al decirles «Puente» y darles la oportunidad de confeccionar imágenes, estas confeccionarán una imagen a partir de la información aprendida. Estas imágenes son lo que los ingenieros de Google llaman «sueños». Y no es para menos, porque las redes dibujan cosas verdaderamente increíbles.
Lo más impresionante es que no hace falta partir de imágenes reales para que las redes detecten formas. Dejar a las redes neuronales trabajar a su libre albedrío implica la aparición de imágenes increíbles.