Para recordar: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente. No temas ni desmayes, porque el Eterno tu Dios estará contigo donde quiera que vayas” (Josué 1:9).
Esfuerzo, perseverancia, valor y fe, fue algo que distinguió a Josué, el sucesor de Moisés, y terminó de guiar al pueblo de Israel hacia la Canaán terrenal.
Hace pocos años, mi esposa, la médico Susana Rodríguez Joya, me presentó a un laborioso joven, llamado William R. Guédez R., quien nació en el Guarico, municipio Morán, Estado Lara. Hijo de padres muy humildes: José Guédez y María Antonia Rodríguez, quienes le enseñaron elevados principios que hoy merece nuestra sencilla distinción.
Se crió en Loma Redonda, y como no había escuela, la más próxima le quedaba a unos 40 minutos caminando. Allí fue promovido del sexto grado, y se encontraba entre los mejores alumnos. A esa edad, a los 12 años, decidió que iba a ser médico.
Mientras ayudaba a su padre en las labores de la caficultura, prosiguió los estudios de bachillerato en el liceo nocturno de Guarico; por esta razón, generalmente llegaba a eso de la 11 pm a casa. Atravesó caminos de tierra, sin luz, saltando quebradas entre las piedras y si llovía se quitaba los zapatos, se enrollaba el pantalón, llegando con los pies llenos de barro, para evitar dañar el calzado.
Ante la prueba de actitud académica, tuvo que hacer importantes esfuerzos personales, para cubrir las deficiencias programáticas del liceo donde estudió, como en matemática y otras asignaturas.
Al terminar el bachillerato, se vino a Barquisimeto, al barrio Ruiz Pineda I, dispuesto a estudiar medicina. Pero, como no tenía recursos suficientes para costear los estudios, comenzó a trabajar en las Ferias de Cecocesola, del Estado Lara, los fines de semana.
Algunos domingos trabajaba de día y durante la noche fungía como vigilante “con escopeta en mano”. Amanecía el lunes, se “daba un bañito”… y a la universidad”.
William, nos cuenta: “Si tuve cinco (5) pares de zapatos para estudiar toda la carrera fue mucho. Contaba con cuatros “mudas” de ropas y me las rotaba para toda la semana”. Egresó del pregrado el año 2009, en la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado, UCLA, obteniendo el título de médico cirujano, con la distinción de cum laude”, por sus altas calificaciones.
Nunca se aplazó en ninguna asignatura y esa ventaja la ha aprovechado para proseguir sus estudios. Actualmente está finalizando la especialización en Diagnóstico por Imágenes, “una bellísima especialidad, donde todos los días aprendo algo nuevo” –acotó el galeno-.
El médico Guédez nos dijo: “Aunque sacrifiqué mucho, nuca he apartado la vista de la meta propuesta. Eso es lo que importa. Además, le doy gracias a DIOS por todo lo que me ha dado y a todos aquellos ángeles con nombres de personas que ha puesto en mi camino para ayudarme. Modestamente, quisiera ser ejemplo para aquellas personas que hoy dicen frases como: “yo no puedo”, “eso es muy difícil” o “eso es para ricos”, solo quiero decirles que con voluntad y dedicación si se puede”.
Dios nos pide que nos esforcemos, que seamos valientes, como se lo dijo a Josué, el líder antes mencionado. De la misma manera, el médico William Guédez, ha confiado en la ayuda divina, y “con voluntad y dedicación” ha alcanzado lo que se ha propuesto.
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