Los problemas que están afrontando los industriales de la panadería para adquirir los insumos necesarios, sobre todo la harina de trigo, les está obligando a racionar las ventas del producto en Barquisimeto y gran parte de Venezuela.
Fernando Moreira, de la Asociación de Industriales de la Panadería en el estado Lara, lo confirmó a EL IMPULSO, explicando que, debido a la carencia de grano, los molinos existentes en el país no pueden producir la harina que ellos necesitan.
Puso como ejemplo el de la empresa Cargill, la mayor, con el 34% del mercado, que dejó de distribuirles el producto necesario para la elaboración del alimento, y en la misma situación se encuentran otros cinco, más pequeños.
También señaló que si las panaderías grandes tienen problemas para producir el pan que necesita la colectividad, en mayor grado lo tienen las artesanales, en primer lugar porque no están registradas en el SADA.
En algunas oportunidades desde Corpolara han gestionado entregas a los pequeños panaderos, las cuales han llevado a cabo en las instalaciones de Transbarca, pero, de acuerdo a varios de ellos, la última se efectuó hace ya unos cuantos días.
En el ministerio de la Alimentación se percataron de las dificultades de los industriales para acceder a la plataforma del SADA y procedieron a modificarla, pero ahora resulta que entrar a la nueva es todo una lotería pues se encuentra totalmente colapsada.
Para Moreira, la situación no es nada halagadora para la industria de la panificación, lo que ha obligado a los dueños de panadería a racionar las ventas, otorgando solamente dos o tres canillas y cinco o seis panes por personas, no hasta 200 como venía ocurriendo.
“Al comprador se le explica que si cada quien se lleva la cantidad de pan que quiere no alcanzará para todos por lo que hay que ser conciente de que el pan es indispensable en toda mesa del venezoano”, expresó.
Cree que sólo en las entidades centrales, como el Distrito Capital, Miranda, Aragua y Valencia la situación no es tan grave como en el resto del país, oriente, centroccidente, sur, donde persisten las dificultades para que los molinos les suministren la harina de trigo necesaria para poder mantener las panaderías sus operaciones.
Consultado si tierne informaciones de la existencia e barcos con envíos en Puerto Cabello, esperando para descargar, respondió negativamente.
Al parecer las navieras prefieren no traer cargas a Venezuela por el tiempo que pierden esperando les den oportunidad de atracar en puertos y dejar sus cargamentos, lo que se traduce en pérdidas económicas cuantiosas.
