“Eso fue horrible. Se metieron como seis tipos para el rancho, estaban encapuchados todos. Me agarraron a mí y como le dije que no habíamos hecho nada malo me dieron una patada en el pecho, después buscaron a mi hijo y le dispararon en la cabeza”, narró con voz entre cortada, Rafael José Valera, padre de José Rafael Valera Luna, de 19 años, a quien mataron la tarde del lunes.
Al cometerse el hecho, el padre lo tomó entre sus brazos, intentó taparle el orificio de la cabeza por donde botaba mucha sangre y después en un carro lo llevó hasta el Hospital de Seguros Sociales Pastor Oropeza.
“Ahí lo metieron a hacerle una placa porque lo iban a operar pero no aguantó y murió”.
“Su esposa está a días de dar a luz a su primer retoño y le quitaron la vida de esa manera”, comentó el hombre. Según él, no se metía con nadie, pues los problemas no eran parte de él.
“Trabajaba desde hace tres meses conmigo como ayudante en la construcción de unas casas que estamos haciendo en Manzanita”.
Denunció que por el sector donde residen desde hace más de 10 años, en el barrio Negro Primero, “no se ve el patrullaje policial, eso es muy peligroso”.