La lluvia ha sido un problema constante para Barquisimeto. Desde los tiempos de la cuarta y ahora en la quinta cae un aguacero de 30 minutos y la ciudad colapsa. Por eso yo me pregunto ¿Por qué ningún Alcalde o Gobernador se ha preocupado por atender el problema de los drenajes y el sistema de cloacas de la ciudad? Tal vez no lo hacen porque son obras que no se ven.
Se ven menos que un edificio bien colorido pintado por la Alcaldía en plena avenida Libertador, menos que un puente o pasarela y simplemente por eso nadie se ocupa. Sin embargo, estoy seguro que un trabajo profundo sobre los drenajes todos los barquisimetanos lo recordaríamos. Nos borraría la ansiedad cuando comienza a llover y nos da terror salir a la calle.
La ciudad se hace intransitable apenas llueve. En el centro de Barquisimeto corre agua por todos lados cuando llueve, en el este la avenida Argimiro Bracamonte se convierte en un río, ni hablar de la Críspulo Benítez frente al paseo Juan Guillermo Iribarren. Otro problema son las lagunas que se forman en Las Trinitarias cerca del Mercado de Cecosela, o en la avenida Terepaima frente al Río Lama y El Pedregal cerca del colegio Las Colinas.
Palavecino es otro desastre cuando llueve. Apenas llegando al Municipio en la Intercomunal luego del semáforo de la Coca Cola se hace una laguna inmensa, en el distribuidor Valle Hondo también se forma otra laguna, frente al parque Negrura, y toda la avenida El Placer es un verdadero drama. Solo por nombrar algunas zonas porque si detallo más esto será muy tedioso.
Lo cierto es que en este país hay muy poca cultura preventiva de desastres. Con tan pocos drenajes y tanta basura en las calles somos blanco fácil de una tragedia. Por eso yo siempre digo “ Dios nos libre de una llueve”.