Además de problemas con el servicio de aguas blancas, deben soportar los inconvenientes generados por una obra pendiente.
Habitantes del norte de la ciudad, vía El Trapiche, también se ven afectados por el retardo de más de dos meses en la conclusión de una obra hidrológica que obstaculiza la arteria vial que conduce hacia el sector El Cardenalito.
Una profunda y larga zanja, sin iluminación ni señalización alguna, convierte esta estrecha calle en un insoportable problema para al menos diez comunidades y el transporte público.
El sector no goza de aceras para el tránsito de peatones, razón por la cual deben compartir la misma calle rota con los “rapiditos” que se dirigen hacia El Amanecer y Pueblo Lindo, lo que pone en riesgo las vidas de cientos de larenses.
Habitantes de la zona denuncian que no aguantan el fétido olor que se genera en el lugar por un brote de aguas negras, que se filtraron y llegaron hasta una casa vecina que debió ser desalojada.
Niños y ancianos han visto comprometida su salud por esta situación, que podría empeorar con la llegada de la temporada de lluvias. Ratas muertas brotan del agua inmunda y la obra sigue sin acelerar su paso.
Quienes suelen transitar por la artería vial afirman que los trabajos son inconstantes y que por ello no se aprecia un significativo progreso. Vale acortar que instituciones educativas cercanas han suspendido sus actividades por causa de esos problemas.