Cuando el doctor Carlos Zapata Escalona decidió retirarse de su actividad profesional, ejercida por más de 50 años, no dudó ni por un momento calificar de sicótica la situación por la cual atraviesa el país.
En una larga entrevista que le hiciéramos en su residencia, el ilustre médico fallecido hace unas horas, no quiso evadir un tema que siempre le inquietó como ciudadano: el país
Zapata Escalona fue gobernador del Estado Lara a instancia del Presidente Luis Herrera Campins, porque a pesar de ser militante del partido social cristiano, no le agradaba mucho la idea de someterse al rigor de una actividad partidista.
Convencido por el Jefe del Estado aceptó el reto confiando en el conocimiento que tenía sobre la región y el deseo de hacer un trabajo caracterizado por la honestidad y en beneficio de la población más vulnerable.
También fue Rector de la Universidad Lisandro Alvarado y director de la Escuela de Medicina de esa casa de estudios, una experiencia que , a su juicio le ayudó a entender los problemas universitarios e intentar resolverlos sin llegar a los conflictos que son tan comunes en esta època.
Le pregunté en esa oportunidad sobre una opinión de sus colegas médicos: ¿Es cierto que es el mejor en el diagnóstico médico?
-No lo se, es la verdad, no acostumbro a dale importancia a ese tipo de comentarios – fue la respuesta. Y es que el doctor Zapata practicaba una modestia a prueba de tentaciones.
También le preguntè sobre la salud pública en Venezuela, hoy en una crisis que parece perpetuarse a a través del tiempo.
-“A pesar de que ya no estoy haciendo vida hospitalaria, mantengo contáctos cn otros médicos que me informan sobre lo está ocurriendo, un fenómeno inesperado, como la penetración en el área asistencial de un personal que no está preperado para ejercer una función tan delicada como la atención facultativa. En nuestros hospitales hay gente improvisada que ha venido de otro país con una formación muy escasa.
¿De qué esta enfermo e país?
– de una enfermedad sicopática, sin ninguna duda, porque hay muchos sicópatas al frente del país. Pero, repito, tenemos muchas esperanzas e el futuro inmediato para que cambien las cosas.
– ¿ El país sí tiene cura?
– Pues claro que tiene cura y gente muy preparada para ofrecerle lo mejor de su talento y de s esfuerzo. En el pasado tuvimos que luchar con gravísimas enfermedades que parecían no tener cura y amenazaban con convertirse en mortales epidemias; sin embargo – apuntaba el doctor Zapata, logramos salir adelante.
– Para el reconocido médico su mayor satisfacción fue haber puesto su conocimiento al servicio de los larenses.
– No solamente el legado del doctor Carlos Zapata se circunscribe a su actividad médico, docente o política. También en el plano familiar deja un ejemplo de vida a sus 12 hijos que procreó con su esposa, doña Rafaelina de Zapata, quien ha sido la compañera solidaria, como el mismo nos lo dijo aquella mañana de lunes 11 de agosto de 2011 cuando anunció públicamente su retiro.
– Que la tierra le sea leve a quien será recordado como un hombre de una excepcional dimensión humana.