En fotos, los padres también padecen la crisis

Papá, para muchos, es el sinónimo del hombre de la casa, quien aporta el dinero para el hogar y mantiene la familia, sin embargo la situación económica, de escasez y crisis que afronta el país, ha llevado a que se vendan los productos a cada persona por terminal de cédula, por lo cual ahora papá, además de aportar a casa, se debe sumarse a las colas y llevar a su casa lo que se necesita.

El mercado no es solo tarea de la mujer, los hombres han tenido que comenzar a realizar sus respectivas compras.

Con bebés en brazos

En un verdadero sufrimiento se ha convertido conseguir los productos de primera necesidad. El escritor y periodista Leonardo Padrón escribió que la vida del venezolano se ha resumido en su terminal de cédula y es así: para comprar se debe hacer la respectiva cola y es que allí no solo hay mujeres.

En la mayoría de las filas para ingresar a los locales comerciales se pueden observar a los caballeros.

Manuel Figueroa, de 35 años, se encontraba con su pequeña de un año en brazos. La madre de la pequeña estaba trabajando y faltó a la oficina, pues era miércoles y le tocaba comprar por su terminal de cédula.

Se enteró que había pañales y a su pequeña le quedaban pocos, por ella salió, preparado para pasar tres horas en cola, cédula laminada en mano y la partida de nacimiento para que le pudieran vender.

Figueroa, recuerda que el desodorante, las afeitadoras y todos sus productos de higiene personal se los compraba su esposa. Cuando comenzó el problema de la escasez fue entendiendo que tenían que hacer colas.

Las primeras semanas se desesperaba, no estaba acostumbrado y además no tenía paciencia. Se salía de las colas y llegaba con las manos vacías.

Al ver que la situación cada vez se ponía peor y que con ambos trabajando en el hogar era más difícil comprar, tuvo que llenarse de valor y aguantar las colas.

“He llegado a pasar hasta cinco horas en una cola por pañales, eso es lo más fuerte para comprar y ahora hasta con toallas sanitarias salgo, cuando nunca había comprado porque me daba pena.

Ahora sí estamos aplicando la frase de que uno por los hijos y la familia hace de todo”, expresa Figueroa, mientras en su rostro se le ve el cansancio.

Se las ingenian

En la cola de otro establecimiento permanecía Alfredo Mendoza con una carpeta y sus casi 60 años, esperando por su turno. Pidió a Dios que quedaran pañales para cuando le tocara pasar.

Mendoza no buscaba para su nieto, ni tampoco para un hijo, a él le ha tocado duro: tiene a su esposa en cama y usa pañales, como es más difícil conseguir de adultos simplemente se va con su informe en manos y compra de niños, busca las tallas desde G hasta XXG.

Por fortuna su esposa es delgada y le toca adaptar los pañales de niño a ella, pero es la única forma de subsistir.

Así mismo le toca con las compras de los productos. Ese día de la semana va y hace sus compras para ambos, mientras su esposa queda en casa, porque no puede moverse.

Sumada a esta realidad también se encuentran aquellos padres que no hacen cola para obtener productos para su hogar: los compran con la intención de sacar provecho y revenderlos a altas sumas. En las colas se pueden observar todo tipo de padres y casos.

La realidad ha cambiado los parámetros de masculinidad

El hombre fue educado para ser el proveedor de la familia, pero la realidad ha cambiado esos parámetros, ahora se incorpora más a las tareas del hogar, naciendo un nuevo padre, así lo analiza Hisvet Fernández, psicóloga social y profesora de la UCLA.

El hombre por condición no tiene paciencia para este tipo de situaciones, pues él valora su tiempo, invierten en trabajar y conseguir dinero porque es el proveedor, pero se ha adaptado y le da la vuelta a las colas y lo ve como una inversión para abastecer a la familia, explica Fernández.

A la par comenta que dentro de todo lo malo de la crisis, se pueden sacar enseñanzas positivas, porque el hombre ahora valora un poco ese trabajo del hogar y que era visto como tarea de mujer.

Ahora el esfuerzo no es solo de un lado, es de ambos y la situación se está analizando desde otra perspectiva, equilibrando la masculinidad.