Los tibetanos en el exilio en Dharamsala (India) rezaron en honor al Dalai Lama, que este domingo cumple 80 años, pero sin poder festejar grandes avances en su lucha por la independencia de Tíbet.
El exiliado líder espiritual de los tibetanos participaba este domingo en las celebraciones previstas en la ciudad india en la que viven miles de refugiados de su país.
El premio Nobel de la Paz se dirigió a sus compañeros de exilio y a algunas personalidades indias en esa ciudad del norte del país asiático donde vive desde que huyó de Tíbet en 1959, a raíz de una rebelión fallida contra el régimen chino
«Es un gran encuentro el que tiene lugar aquí con 8.000 personas y dignatarios del mundo entero que acudieron a participar en esta jornada de celebración», declaró Tsering Wangchuk, portavoz del gobierno en el exilio, a la AFP.
Wangchuk explicó que el Dalai Lama había abordado los temas de la responsabilidad universal y la compasión en su discurso. Luego, el líder tibetano desayunó con los asistentes, que pudieron ver un espectáculo de danzas tradicionales, así como una oración especial en honor del Dalai Lama.
El líder budista nació un 6 de julio, pero su aniversario oficial, basado en el calendario lunar tibetano, se celebra este domingo.
El Dalai Lama, que se retiró oficialmente de la política en 2011, se muestra hoy partidario de una mayor autonomía para Tíbet en vez de una independencia formal.
Pekín, del que sigue siendo la bestia negra, lo acusa, sin embargo, de seguir luchando por la independencia de su país.
Más allá de las oraciones de este domingo, el aniversario supone una ocasión de hacer balance de la lucha del Dalai Lama. El Partido Comunista de China (PCC) y sus emisarios mantuvieron nueve rondas de conversaciones entre 2002 y 2010, sin ningún avance notable.
A medida que envejece el líder, también se plantean preguntas sobre el futuro del movimiento protibetano.
«¿Qué pasará después de su muerte? ¿Intentarán los tibetanos del interior y del exterior de China encontrarle un sucesor? Esas son las dos principales preguntas», según Jayadeva Ranade, especialista de China que vive en Nueva Delhi.
El Dalai Lama es «un ejemplo poderoso de lo que significa la compasión, es una fuente de inspiración que nos anima a hablar a favor de la libertad y de la dignidad de todos los seres humanos», había declarado el presidente estadounidense, Barack Obama, al recibirlo en la Casa Blanca el pasado mes de febrero.
El líder tibetano ha dicho, por su parte, en varias ocasiones que es posible que no vuelva a haber Dalai Lama después de él, ya que se plantea no reencarnarse.
El año pasado, dijo en una entrevista a un diario alemán que podría vivir hasta los 113 años, aplazando así el tema de su sucesión.