Con todo un país en vilo, el caudillo de la selección chilena Arturo Vidal asumió la culpa y pidió perdón por el accidente en el que chocó ebrio tras una noche de casino en plena concentración de la Copa América.
«Quiero disculparme con mis compañeros, con el cuerpo técnico, con los dirigentes, con la gente, con todo un país», dijo Vidal, sin poder contener las lágrimas, en una rueda de prensa en la sede de la selección. «Perdón a la gente también que se involucró en este accidente, que fue culpa mía».
Ese mea culpa contrasta con un video que colgó en su cuenta de Twitter pocas horas después del choque del martes por la noche, en el que decía que el accidente «no fue culpa mía».
El técnico de la Roja, Jorge Sampaoli, decidió no sancionar al volante de la Juventus de Turín y le permitió reincorporarse al plantel que el viernes enfrenta a Bolivia en busca de la clasificación a los cuartos de final del campeonato continental.
«No me gusta separar o excluir a alguien por cometer un error», dijo el timonel. Agregó que no hubo «incidencia de los jugadores respecto a nuestra determinación como cuerpo técnico».
Más allá de la opinión del plantel, todo Chile se paralizó desde que Vidal chocó su Ferrari rojo cuando manejaba con su esposa al regresar de un casino al sur de Santiago hasta el búnker de la selección en la capital. La sensación generalizada entre los hinchas era de apoyo para el «Rey Arturo», quien se incorporó al equipo apenas tres días antes del debut que los anfitriones ganaron 2-0 a Ecuador con un gol suyo.
«No pudo controlar su momento de descanso», señaló Sampaoli.
El mediocampista y su esposa sufrieron heridas leves, al igual que el conductor de otro automóvil involucrado en el accidente que quedó volcado, dijeron las autoridades.
Un tribunal en San Bernardo, un suburbio al sur de Santiago, decidió que la pesquisa puede durar hasta 120 días. Mientras tanto, le quitó a Vidal la licencia de conducir y el volante tendrá que firmar mensualmente en el consulado chileno en Milán una vez regrese a Italia.
La fiscalía dijo que al momento del choque, Vidal tenía 1,21 gramos de alcohol por litro de sangre. La ley de tránsito chilena tiene cero tolerancia al consumo de alcohol mientras se maneja, y cualquier nivel por encima de 0,8 es considerado como un delito que puede ser sancionado con hasta tres años de cárcel.
El accidente pudo haber tenido consecuencias más graves, ya que el vehículo deportivo terminó al borde de una zanja, con el costado izquierdo destrozado y las bolsas de aire detonadas.
«Lo único que me queda es pedir disculpas, sentir el apoyo de la gente y demostrar en la cancha que esta oportunidad que se me está dando es por algo», expresó Vidal en la rueda de prensa, en la que no aceptó preguntas. «Creo que les fallé a todos, y voy a tratar de dar lo máximo para poder ser campeones».
El temperamental mediocampista ha tenido numerosos problemas extrafutbolísticos.
Vidal y otros cuatro jugadores –Jorge Valdivia, Jean Beausejour, Carlos Carmona y Gonzalo Jara– fueron suspendidos por 20 partidos en una ocasión, cuando Claudio Borghi dirigía la Roja, por llegar a la concentración «en estado no adecuado». Más adelante la sanción fue reducida a 10 encuentros.
En 2007 participó en una gresca con la policía canadiense luego de una derrota de Chile ante Argentina en las semifinales de la Copa Mundial Sub20, y en octubre de 2013 perdió un vuelo por festejar la clasificación de Chile a la Copa Mundial y se reincorporó tarde a la Juve, tras lo cual el técnico Antonio Conte lo dejó en el banco durante tres partidos y el jugador recibió además una multa.
Según medios italianos, en 2014 Vidal llegó nuevamente tarde a una práctica de Juventus tras permanecer en una discoteca de Turín hasta las 5:50 de la mañana. Fue dejado en la banca un partido por el nuevo técnico Massimiliano Allegri.