Identidad corporativa
Según los expertos cada partido u organización política debe tener una identidad corporativa, la cual está configurada por “la ideología, filosofía, valores, objetivos, y criterios de responsabilidad social que deben orientar las propuestas y actividades”, que la distinguen de los demás, lo hacen único y de fácil reconocimiento. Esta identidad corporativa se encuentra signada fundamentalmente en dos tipos de rasgos: los físicos icónicos-visuales (logotipo, símbolo, tipografía y colores representativos). Y los culturales (historia, misión, visión, valores, filosofía, normas, comportamiento); y se muestra clásicamente en tres dimensiones: 1- Identidad, 2-Comunicación y 3- Imagen.
Identidad
Aquí se refiere a la cultura, misión en fin a la esencia del partido que indica la función o tarea básica, lo que hace prioritariamente y por lo general se identifica con la búsqueda del bien común.
Comunicación
Se trata sencillamente de lo que la organización partidaria dice que es, o lo que es llamado identidad transmitida a sus militantes y sociedad en general a los fines de mantener fidelidad o lograr nuevas captaciones.
Imagen
Contrario a lo que transmite o intenta comunicar el partido es lo que el público objetivo percibe sobre el partido, definida también como identidad percibida.
Como resumen podemos tomar algunas frases importantes del Consultor Joan Costa: “La imagen corporativa es lo que los públicos se representan en la mente cuando piensan en la organización y es consecuencia de lo que interpretan sobre la información que tienen de la misma, y la información es todo caudal de mensajes que reciben los públicos de un partido, aunque este no se proponga a divulgarlos”.
Identidad ideal
Para efectos de un partido modelo lo que se desea por encima de las desviaciones es que posea una sola identidad y por supuesto que los atributos comunicados a cada segmento deberán ajustarse a las características, necesidades y expectativas de los electores. Por eso se hace imprescindible que proyecte su propia personalidad, si cabe aquí el término, ya que lo ideal es conseguir una imagen controlada, comunicada sin deformaciones, para lograr los objetivos planteados. En una organización de este tipo todas las actuaciones e intervenciones de sus miembros, y en especial de sus candidatos deben estar alineadas con la identidad de la misma, para poder construir una estrategia sólida.
El PSUV y la MUD
Después de abordar superficialmente los elementos que conforman la identidad corporativa de un partido vale la pena abordar algunos de estos elementos en las principales plataformas políticas en Venezuela frente a las elecciones parlamentarias que esperamos se realicen en el presente 2015. Por una lado tenemos al PSUV, que es un partido acostumbrado a líneas claras de un líder, con un lenguaje común, con una simbología única y con el poder de vocería en pocos actores.
Por el otro tenemos a la MUD, que no es un partido, sino la confluencia de casi 30 organizaciones de este tipo con tarjetas diferentes, sin ascendencia de un líder claro y con vocería muy compartida. En el PSUV a pesar de que se habla de una procesión que va por dentro, producto de la disputa por el poder entre Diosdado Cabello, residente de la Asamblea Nacional y el Presidente de la República, Nicolás Maduro, podemos notar que guardan mejor las apariencias para mostrarse como un grupo monolítico invencible acostumbrado a reponerse de dificultades antes por la presencia del Comandante Hugo Chávez, y ahora por el respeto a su memoria.
En la MUD se defiende la pluralidad con el argumento de que en su seno si se ejerce la democracia; pero humildemente creo que hace falta para comunicar unidad más que una tarjeta exclusiva, es decir, acciones concertadas entre sus líderes libres y en cautiverio que deben comprender que por encima de sus aspiraciones personales y grupales hay un objetivo mayor a punto de lograrse, la victoria en los comicios parlamentarios.
En cuanto a los temas veo más disciplina en el PSUV para repetir y repetir lo que intenta transmitir, no obstante la MUD tiene ventaja en la consonancia de sus posturas con la realidad que vive nuestro país sumido en la escasez, alto costo de la vida e inseguridad. En la MUD no es tarea fácil encausar agenda común cuando hay mucho dirigente indisciplinado consciente e inconsciente, y mucho menos cuando hay quienes creen que levantando más el cuello como la jirafa tendrán mejor figuración. Por los lados rojos del PSUV como decimos en criollo “no será una mantequilla” hacer creer a sus seguidores y los no alineados que la situación económica mejorara luego de tanta mala praxis gubernamental, y que pueden ganar cuando 8 de cada 10 venezolanos valora negativamente la gestión de su rector y 6 de cada 10 quiere votar por la MUD. La emoción jugará un gran papel en esta consulta; empero no descuiden la disciplina y la organización que de manera silente ha sorprendido a más de un candidato carismático. La MUD tiene que comunicar Unidad y el PSUV debe apostar a la Invencibilidad. ¡Amanecerá y veremos!
