“El verdadero enemigo del progreso es la conformidad y la mediocridad” (Camilo Cruz)
Las ataduras son la causa del sometimiento social, psicológico, físico, económico, político, religioso, familiar y de orientación sexual que impiden al ser humano ver y elegir ser él, más allá de sus prisiones;es eso lo que no le permiten cambiar, surgir, tomar decisiones, atreverse, renunciar. No es fácil pero tampoco imposible alejarse de las conveniencias, de los tabúes, esclavitudes, prejuicios,creencias, apariencias y estereotipos que no permiten avanzar más allá del punto en el que está atascado.
Nadie es perdedor ni es una vergüenza porque decida cambiar lo que no es, lo que no le sirve o le hace daño, tampoco lo es porque cae o fracasa. Tener miedo, cansarse, disfrazarse y perder la autoestima eso sí que es perder; decisión, acción, valentía y cerebro son clave para liberarse de aquello que impide avanzar, volar, ser.
En mi casa había un pajarito al que no le faltaba nada y cantaba y cantaba incansable. Pensé que si le daba la libertad cantaría mejor, le abrí la jaula y no se fue; nunca quiso irse y un día ya viejito amaneció muerto dentro de su propia jaula. El encierro lo llevó a perder el interés de volar hacia otro cielo mejor.
Cuando la enfermedad se anuncia con dolores supremos luchamos hasta el final por recuperarnos, aunque perdamos la batalla con la muerte, porque el impulso por vivir es más fuerte que el mismo dolor.
Ejemplo de moralejas que tienen que ver con el tema: El elefante encadenado, la cigarra y la hormiga, la zorra y las uvas, el anciano y la muerte.
El cuento del halcón que por comodidad no se despegaba de la rama, es la mejor prueba de que para aprender a ver el mundo que está más allá de nuestra rama o sitio al que estamos aferrados, debemos soltarnos, desapegarnos, buscar otro rumbo.
El cuento de la vaca del doctor Camilo Cruz encierra una verdadera lección de vida.
Es la historia de una familia muy pobre que dependía de lo que les daba su vaca flaca, y se conformaban con esto que aunque no alcanzaba era algo para cubrir en parte sus necesidades. Paseando un viejo sabio por aquel paraje se llenó de asombro al ver la miseria en que vivía aquella familia aferrada a la vaca de su subsistencia. Un día decidió llevar con él a su discípulo; sorpresivamente se acercó a la vaca y la degolló bajo la mirada aterrada del muchacho que sabía que ya no tendrían la vaquita para vivir. Al año siguiente volvieron y ya no estaba la pocilga aquella, en su lugar había una casa pulcra y bella.
Al buscar a los dueños confirmaron que eran los mismos de la vaca pero viviendo bajo condiciones muy diferentes: grandes cultivos, ganado y bondad económica. El asombro del joven fue grande. Debido a la maldad de su maestro que les había degollado su vaca, se habían visto forzados a cultivar, limpiar sus tierras y hacerlas productivas. Ahora eran exportadores de sus propias siembras. Moraleja: El que no está dispuesto a terminar con lo que le ata y le impide avanzar hacia otros derroteros, indiscutiblemente es un perdedor. Hay un momento en la vida en el que hay que encarar el destino y preguntarnos: de qué somos capaces, cuánta voluntad tenemos, a dónde queremos llegar.
Libérate de tu rama, “Libérate de tus vacas y cuídate de no engrosar las filas de aquellos que al final de sus vidas solo pueden recordar con remordimiento y tristeza todas las oportunidades que perdieron” (Camilo Cruz)
¿Cuál es su rama y cuál su vaca?