“Si la envidia fuese tinta todo el mundo se tiñera”
Anónimo
“La tinta más pobre de color vale más que la mejor memoria”
Proverbio Chino
“Será mi sangre una tinta como pocas y mi piel será el papel que guardará mi memoria”
Anónimo
En el diario ojeo un aviso “Los sordomudos son personas normales, solo carecen de audición” en esa lógica mordaz pensé, entonces…“Los gobernantes son personas normales solo carecen de vergüenza y honradez”, valga decir que los del gobierno son muy normales después de todo nada más habitual, en el país del póngame donde hay que infligir al pueblo, agredir haciendas, cercar reporteros, pervertir instituciones, apoyar narcotráfico y ladrones, blanquear tesoro espurio, asaltar la cuota universitaria, confinar disidentes y aupar insólitos.
Luego me ojeo yo. Mírate remediando todo. Cerrado al pliego de prensa. Deseando compaginar la parte disimulada, con lo que no lo es. ¿Por qué no hacerlo? Podría ir al nudo central y dar un escrutinio sin perder de vista el intermedio. Eso se debe a tu naturaleza. Lo tuyo no es accidental. Por eso eres un sujeto que colige con los sentidos de tus pieles y las falsas costillas. Así veas la ranura acertada, es la rendija entre raciocinio e insensatez la que como viandantes, te trasplantan al dramático escurridero del desconcierto.
En aquellos viajes planeas la imaginación. Recuerdas un país de lochas y medios, de patinar navidad, de carnaval con negrita, y todo ello entre gallos y media noche se disipa ante el foco del asombro. Entra de pronto la recua de abatidos, tan excesiva como la de la necesidad. Un pasmo tan insano, no admite consuelo. Agotas la paciencia del más inspirado sosiego ¿Cada cuánto obtienes muestra de solaz para el ánimo? A veces te da por escribir y leer, pero no sirve para nebulizar el reto. Un siglo tienes sin pareja. La mano se ha sometido al equilibrar por el desfogue. Y la palma no suple una buena disputa con la Venus de Milo. Sentiste que pasión no se da en pretérito. Que el salto es un intervalo imposible. Si brincas, caes al desfiladero, y si no, expías del mismo modo.
Callas lo posible en el entendido de la conveniencia. Decir demás puede ser costoso. Nadie soporta quejas pero ninguno deja de hacerlas. Algo te indica no darte cuenta de nada, ni siquiera de ti. La carta echada tiene la mano sin As. Es tu derecho desprender un mundo diseñado para la contienda.
Como suele ocurrir, la vida se sale con la suya. Has decidido no quedarte en el sitio. Usar los mitones. Mandar tus jabs. Defender un espacio sin dueño. Dar una pelea perdida al costo que salga. Igual la darás sin reducto. De pronto te sientes desnudo. No posees con qué empezar una defensa legítima y a la vez conveniente. Se ha desecado la tinta y el tintero, no hay donde conseguirlo…
