De los 3.055.550,973 millones de bolívares que solicitó la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), para el 2015, sólo les fue aprobado por el Gobierno Nacional 1.051.119,591 millones de bolívares.
Con esta adjudicación del 34,4% de lo requerido, la academia evidencia problemas de funcionamiento operativo y providencias estudiantiles, cuyos recursos alcanzan para poco más de un mes. A esto se le une la situación salarial de profesores, empleados administrativos y obreros, quienes cuentan con una Contratación Colectiva vencida desde el mes de diciembre.
Este malestar fue expresado en las calles del centro de la ciudad por la comunidad académica en la marcha por la dignidad universitaria convocada por la Asociación d Profesores de la UCLA (Apucla). La nutrida movilización atrapó la atención de la sociedad por los altisonantes cánticos y las ilustrativas pancartas que expresaron la realidad existente en las universidades del país.
La actividad comenzó con una concentración en el Cuartel Jacinto Lara, sede del Decanato de Humanidades y Artes. Desde ese punto tomaron la carrera 19, atravesando el centro de la ciudad hasta llegar al rectorado de la UCLA, donde cerraron un canal para manifestar su descontento.
Consecuencias
El profesor y sociólogo Nelson Fréitez, coordinador de la Cátedra de Derechos Humanos de la UCLA, denunció que la universidad se ha convertido en una pagadera de sueldos y salarios, puesto que los recursos a duras penas alcanzan para cancelar beneficios laborales.
“Por tal sentido quedan deprimidos otros aspectos, como el crecimiento en planta física. Carreras como Psicología, Desarrollo Humano y Arte no cuenta con una sede propia. También se ha estancando la promoción de otras opciones de estudio porque no hay espacio físico”.
“Asimismo, podemos decir que en un 50% se han reducido las investigaciones científicas en nuestra academia. La falta de recursos vulnera el conocimiento en nuestras casas de estudio. Es una realidad nacional”.
Profesores bajos sueldos
“El crecimiento de un país está de la mano de los promotores del conocimiento, quienes no recibimos un reconocimiento justo por nuestra labor. Actualmente la vida de un profesor universitario es bastante deprimida. Necesitamos salarios dignos para recuperar la estabilidad que teníamos en otras épocas”, apuntó el directivo de Apucla Jorge Guerrero.
Estudiantes necesitan sede
Por otra parte, la bachiller Nadia Chaparro, estudiante de Psicología, expresó que salió a las calles en demanda por una sede propia para su carrera, puesto que reciben clases en condición de inquilinos en el Decanato de Administración y Contaduría y en el Hospital Luis Gómez López.