Conozco bien a mi país con su idiosincrasia de la que me sentía muy orgulloso hasta hace casi tres décadas. Lo que estamos viviendo hoy en nada se parece a lo vivimos ayer, ya que es todo lo contrario a lo que todos deseamos y que una vez tuvimos cerca y ahora está tan distantes.
Hace tiempo realicé un viaje al Japón y se me quedó grabado en la mente parte de lo positivo de imitar, lo que beneficiaría a todos los países de llegar a ponerlo en práctica. Hace unos días recibí un video de un amigo que me invitó a buscar en mis archivos y a la vez rememorar aquellos gratos recuerdos en mi corta estadía y hoy quiero compartir con mis lectores. Ojala llegue a los padres que desean lo mejor para sus hijos, a los educadores, a los ciudadanos en general, y a quienes gobiernan al país.
Reflexionen y multipliquen este mensaje que me fue enviado por correo proveniente de buena fuente. Aquí les dejo una lectura obligada en estos tiempos de desesperanza….
Lo que hace la diferencia entre los países ricos y los pobres es la actitud de las personas, y sus valores.
Casi todas las personas buscan la felicidad, desean ganar dinero y progresar, para sí mismos y sus familias, y así como hay personas pobres y personas ricas, hay países pobres y países ricos.
¿Dónde está la diferencia?
La diferencia entre los países pobres y los países ricos no es su antigüedad. Está demostrado que países como India y Egipto tienen mil años de antigüedad y son pobres; Australia y Nueva Zelanda hasta hace poco más de 150 años eran desconocidos, pero hoy todavía son países desarrollados y ricos.
La diferencia entre países pobres y ricos tampoco está en sus recursos naturales, pues Japón tiene un territorio muy pequeño y 80% es montañoso, malo para la agricultura y ganado. Sin embargo es una de las primeras potencias económicas del mundo. Su territorio es como una gran fábrica flotante que recibe materia prima de todo el mundo y los exporta transformados, acumulando su riqueza.
Por otro lado se encuentra Suiza. Sin océanos tiene una de las mayores flotas náuticas del mundo; no tiene cacao, pero sí un buen chocolate; en sus pocos kilómetros cuadrados cría ovejas y cultiva el suelo solo cuatro meses al año, ya que el resto del tiempo es invierno; pero tiene los productos lácteos de mejor calidad de toda Europa.
Japón, igual no tiene productos naturales, pero da y exporta servicios con calidad muy difícil de superar. Es un país pequeño que da una imagen de seguridad, orden y trabajo, que los convirtió en la “caja fuerte” del mundo.
Tampoco es la inteligencia de las personas la diferencia, como lo demuestran los estudiantes de países pobres que emigran a los países ricos y consiguen resultados académicos sobresalientes.
Otro ejemplo son los ejecutivos de países ricos que visitan nuestras fábricas, que al hablar con ellos nos damos cuenta que no hay diferencia intelectual. Finalmente no podemos decir que la raza haga la diferencia, pues en los países Centro-Europeos o Nórdicos vemos cómo los llamados “ociosos” de América Latina o del África demuestran ser la fuerza productiva de esos países.
Entonces, ¿qué hace la diferencia entre los países ricos y los pobres?
La actitud de las personas y sus valores, hacen la diferencia.
….Unidos todos por el Sistema de Riego Yacambú y el ferrocarril de la región…..