En las definiciones taxativas de la Copa América hay una que la define en todas sus dimensiones: “una gran copa, una gran historia”.
Desde julio de 1916 cuando se disputó por primera vez en la ciudad de Buenos Aires en homenaje al Centenario de la Independencia de Argentina, comenzó de inmediato una intensa labor de orfebrería. Poco a poco se solidificaron los cimientos principales y hoy se exhibe como la justa de fútbol de selecciones más antigua del mundo, orlada por las virtudes y excentridades de sus protagonistas, para ser la “gran copa”, regida por una “gran historia”, contada primero en disputas anuales, luego cada dos y finalmente cuatro.
Chile, por séptima ocasión la acoge en su territorio y lo hace con el propósito de quedarse por primera vez con el título, siendo Ecuador y Venezuela los otros dos integrantes del área suramericana que lo acompañan en esta situación. Precisamente, el choque inaugural a las 7.30pm de esta noche tendrá en Santiago a Chile y Ecuador como protagonistas en su condición de integrantes del Grupo A.
Venezuela, con su Vinotinto hará su debut el domingo 14 frente al seleccionado de Colombia y lo hace con la cifrada esperanza de rebasar lo conseguido en la edición anterior cuando llegó a las disputas semifinales, logro desconocido en sus participaciones que datan desde 1967.
Tiene la Vinotinto en su seno una combinación de veteranos y figuras emergentes, con Juan Arango como figura principal en la lista de añejos y Salomón Rondón en la contraparte, los noveles. Pero el interés común en uno solo, acoplarse rápidamente a los dictados del debutante técnico Noel Sanvicente y acometer con fiereza la tarea de jugar y ganar. Lo esperamos.