Expertos dicen que comer frutas es lo más sano. Son muchos los motivos para consumirlas y por supuesto dar gusto al paladar de cada persona. Las hay tropicales y exóticas.
Seguramente usted anda por la calle y ve la fruta de su preferencia, le provoca porque el vendedor le exhibe las mejores y de paso el precio es bueno, no pierde la oportunidad y las lleva a su casa. Por estas razones es un negocio rentable que permite a sus propietarios seguir en el ramo y muchos aumentar capital.
Anderson Crespo tiene 10 años comercializando frutas. Se inició con una carretilla. Gracias a su constancia y clientes se ubicó en la carrera 21 con calle 28, estableciendo un puesto muy surtido. Cuenta con dos ayudantes.
“Las frutas que más se venden son las criollas por el precio. Las importadas están muy caras, por eso pocos las piden”, comento Crespo, quien agradece el apoyo de los comerciantes formales y voceros de consejos comunales de la zona.
Por su parte el señor Pedro Herrera, de 59 años, se dedicó a la venta de frutas y verduras cansado de viajar trabajando como soldador y herrero. “Recorrí varios estados como diseñador y herrero-soldador, la edad no perdona y decidí cambiar de sistema de vida, monté un negocio de comida rápida pero era de noche y con la inseguridad, me cambié a este ramo, en el que llevo cerca de cinco años. Apoyo a mi hijo que estudia bachillerato, estoy reuniendo para alquilar un local y de esa manera establecerme formalmente”.
Los trabajadores informales por lo general pagan un depósito cercano al puesto para guardar su mercancía, sin duda una cadena de distribución desde la producción hasta la venta al consumidor, razón que les hace buscar establecerse en un local.