A las ocho de la mañana los niños de la escuela Bolivariana La Cuchilla, estaban formados frente al busto de la unidad, cantando el Himno Nacional, cuando de pronto uno de ellos se desvaneció y así, de manera progresiva, otros, hasta llegar al menos a cuarenta niños afectados.
La situación causó alerta y las siete maestras comenzaron a correr desesperadas buscando ayuda. Un vecino sacó su vehículo y auxilió a los niños a quienes trasladó hasta el ambulatorio de Río Claro, relató Diógenes Silva, jardinero de la institución educativa.
La noticia corrió como pólvora y todos los residentes de la parroquia Juares, ubicada al sur de Barquisimeto, se aglomeraron en el centro asistencial. Allí comenzaron a bajar niños con edades entre seis y 12 años, algunos con deficiencia respiratoria, desmayos, picazón en el cuerpo, temblores, mareos, naúseas, dolores abdominales y en el pecho.
El hecho tomó por sorpresa a los cuatro médicos residentes y los dos mixtos que se encontraban en el momento de guardia, comenzaban a darle los primeros auxilios, pero en el centro asistencial no contaban con insumos, no tenían oxígeno, mascarillas para nebulizar, yelcos, inyectadoras, ni muchos menos medicamentos.
Comenzaron a pedirles a los familiares y residentes de la zona hidrocortisona, irtopan, soluciones fisiológicas, además de guantes y las inyectadoras. La comunidad comenzó a colaborar y llegaban personas corriendo con lo que pedían.
Los carros particulares no paraban de llegar con afectados y los curiosos no tardaron en rodear el centro asistencial. Estudiantes de la escuela de La Cuchilla, residentes de la misma zona y adolescentes del sector, eran los afectados.
La alarma se extendió y a Río Claro comenzaron a llegar las ambulancias de Bomberos de Iribarren, de Protección Civil, Servicio de Emergencia 171, Guardia Nacional y algunas privadas que se sumaron a las labores, ya que el ambulatorio cuenta con dos unidades, pero solo una sirve y a medias.
Los afectados, principalmente niños, comenzaron a ser despachados hasta el Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga, en donde fueron recibidos por el propio director Jorge Gaiti.
Paralelamente eran llevados algunos adultos al Hospital Central Antonio María Pineda (Hcamp).
Los pacientes, tanto niños como adultos, presentaban la misma sintomatología.
En total ingresaron 49 niños en el Pediátrico y 13 adultos en el principal centro asistencial, además un adulto fue llevado al Hospital Militar y dos al Pastor Oropeza.
Además cuatro niños en el ambulatorio de Río Claro y cuatro adultos, que no fueron trasladados.
Diversas versiones
A la parroquia Juares llegó una comisión de Protección Civil Nacional, integrada por tres funcionarios entre ellas el ingeniero químico José Pineda, quien es técnico para Atenciones de Emergencia de Manejo de Material Peligroso en Lara, cuatro efectivos de Protección Civil Lara, así como quince funcionarios del Cuerpo de Bomberos de Iribarren, quienes se trasladaron hasta el sector La Cuchilla, para ubicar el posible foco de contaminación y que era lo que había generado está posible intoxicación.
La primera versión que surgió es que el autobús que toman los niños de la comunidad para asistir a la escuela, fue abordado por unos estudiantes del liceo bolivariano Asentamiento Campesino La Cuchilla. Llevaban unos frascos con sustancias químicas utilizadas para experimentos de laboratorio, entre ellas formol, dodigen (sustancia a base de amoníaco), fragancias, entre otras.
Posiblemente una de estas sustancias se derramó en la unidad y pudo haber generado alguna reacción que haría que los pequeños presentaran reacciones alérgicas.
El conductor del colectivo Arsenio Suárez, comenta que él no sintió olor y que supiera nada se derramó, pero sí presentó un poco de picazón en su cuerpo.
Los especialistas hicieron revisiones en la escuela y no encontraron nada, así mismo lo hicieron en el colectivo, al cual indicaron que había que practicarle un barrido porque no se descartaba esta hipótesis. De modo posterior fueron al galpón donde funciona el liceo y allí colectaron una serie de químicos que se encontraron sellados.
Los especialistas no se explicaban cómo personas que no sostuvieron contacto alguno con los niños estaban presentando la misma sintomatología.
Entre las posibles conversaciones se escucharon de posibles laboratorios clandestinos, sea de estupefacientes o para realizar fertilizantes, sin permisos sanitarios, que pudiese estar operando en la zona, así como la siembra o fumigación.
El especialista también explicó que por lo general, en estos casos, 80 % de las personas afectadas, solía ser por motivos psicológicos, pero aún así se debía ser atendido y verificado.
Un poco más tarde a la investigación se unió Isis Fernández, la directora de Salud Ambiental en Lara, quien iba con un equipo de médicos, veterinarios, ingenieros, entre otros que buscarían llegar al fondo de lo ocurrido.
Fernández, al final de la tarde, manifestó que habían llegado a una conclusión: fue la combinación de sustancias químicas y, por la humedad de la zona, algunas partículas quedaron en el ambiente lo cual explica los síntomas de los vecinos.
Por otra parte el doctor Jorge Gaiti, director del Agustín Zubillaga, tiene otra hipótesis. Indica que los niños que presentaron síntomas de intoxicación, no fue por algo alimenticio, ni por el agua; la contaminación está en el ambiente. Descarta la hipótesis del autobús, porque muchos de los niños no iban en la unidad.
Para Ruy Medina, director de Salud en Lara, son personas que presentaron reacciones alérgicas a alguna sustancia en el ambiente.
Henri Falcón, gobernador del estado Lara, se pronunció al respecto e indicó que las investigaciones continuaban, para determinar si es algo que está afectando la zona.