1.500 pacientes esperan donantes de órganos en Venezuela

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La mala alimentación y el sedentarismo, enfermedades congénitas, diabetes e hipertensión arterial, comprometen el funcionamiento ideal de los riñones, los filtros del organismo, lo que se traduce en un ascendente número de enfermos renales.

Actualmente, más de 16.000 mil pacientes reciben tratamiento de diálisis en Venezuela, según cifras que maneja la Asociación Venezolana para el Deporte y la Salud del Trasplantado y en Situación de Trasplante (Avedestras).

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Más de 1.500 se encuentran en una lista de espera, aguardando por un donante.

Lamentablemente, en el país no existe la cultura de la donación. En ese ámbito seguimos muy prematuros, acota la señora María Pérez, presidenta y fundadora de Avedestras.

Pérez, barquisimetana y trasplantada hace 17 años, señala que el desconocimiento, los mitos y las insuficientes campañas informativas por parte del Estado, alejan cualquier posibilidad de crecimiento, desarrollo y calidad de vida.

Tanto el donante, como el trasplantado, pueden llevar una vida normal, asegura.

Avedestras la compone un grupo de pacientes trasplantados y deportistas, quienes decidieron concretar la asociación y de esa manera promover la donación de órganos.

“Pareciese que el Estado prefiere invertir enormes sumas de dinero en diálisis y no en actividades para la prevención, como tampoco en la cultura de la donación”, reflexiona Pérez.

En otros países de Sudamérica, por ejemplo, se realizan torneos mundiales con personas trasplantadas, eso ocurre desde 1979. Esta iniciativa da cuenta de una exitosa cultura de donación de órganos.  Venezuela apenas se incorporó a esos juegos hace dos años.

El primer órgano que se deteriora en una persona diabética es el riñón y en el país hay un alto porcentaje de diabéticos.

Por otra parte, el venezolano consume carbohidratos en exceso, así como azucares refinados, pocos comen frutas y vegetales. Vale considerar que cierto número de pacientes padece el síndrome de riñones poliquísticos.

Otro problema es la hipertensión arterial. Cantidades de personas desconocen que padecen la llamada enfermedad silenciosa, por lo cual los órganos excretores se van deteriorando, hasta paralizarse.

La inactividad, no consumir los ocho vasos de agua mínimos al día e incluso, beber agua no tratada, repercute en los riñones.

Cuidar la alimentación y practicar 30 minutos de actividad física por lo menos tres veces a la semana es fundamental.

Numerosos dializados

Pérez aseguró que el porcentaje de pacientes dializados es alto, posiblemente porque el Estado no emprende campañas eficientes que estimulen la donación de órganos.

¿Por qué el Estado, en lugar de mantener a tantas personas en diálisis  no se dedica a hacer campañas de donación y prevención de la enfermedad en vista del número de pacientes renales?, se pregunta la presidenta de Avedestras.

Indicó que en un centro privado cada diálisis tiene un costo de aproximadamente 15 mil bolívares para el Estado.

“La materia prima de las unidades de diálisis es el paciente renal. El gobierno central invierte mucho más en los procesos de diálisis. La inversión sería menor si se dedicara a la prevención y a ayudar a que los pacientes se trasplanten, sin mencionar que la diálisis tiene efectos colaterales”.

En otros países el enfermo es orientado para que sea trasplantado, por lo cual pasa a una lista de espera, eso ocurre en  Argentina y España, donde el familiar se convierte en donante inmediatamente. En Venezuela es muy difícil que un familiar le done un riñón a su ser querido”.

Mundiales de trasplantados

Se realizan desde 1979. Este año se efectuarán en Argentina y Venezuela participará. Lo hace apenas desde hace dos años.

“No sabíamos de ese evento deportivo porque los médicos no nos orientaban ni explicaban que es posible hacer deporte.

Fue a partir de un congreso que conocimos esa posibilidad y fundamos Avedestras, con pacientes trasplantados y deportistas”.

Avedestras realizó un foro en Barquisimeto para informar acerca de la donación y trasplante de órganos.

“Nos ayudamos mutuamente. Orientamos a los pacientes para que logren el trasplante y a los trasplantados para que tengan mejor calidad de vida mediante las actividades físicas. Todos los martes y jueves estamos en el Polideportivo”, expresó Pérez, quien es lanzadora de bala.

Mitos

Unos 95% de los pacientes renales son de bajos recursos económicos, según Pérez.

“Es probable que los enfermos renales no vean cercana la posibilidad del trasplante porque el proceso requiere unos 43 exámenes previos. Pero nosotros estamos para orientar, ayudar; realizamos vendimias para sumar recursos y fondos. Estamos conscientes de que varios de esos exámenes son costosos y muchos pacientes renales son de recursos económicos muy bajos. Algunos no cuentan ni con el pasaje de la ruta para ir a dializarse porque viven en caseríos”.

Aseguró que existen muchos mitos por lo cual las personas le temen a la donación.

Se trata de un proceso complejo. La persona no puede pensar en esos mitos, de que la secuestrarán y le retirarán los órganos para colocárselos a otro. Como no hay mayor información al respecto, cualquiera inventa una historia. Hay tantos mitos que a la gente le da miedo ser donante, declaró.

Las personas y familiares temen inscribirse como donantes porque creen que atentarán contra su vida en cualquier momento, eso no es así, reiteró.

Es necesario que los especialistas develen esos mitos.

Esa data es difícil de manejar, dijo, pero en una semana se realizan al menos cuatro trasplantes. Pese a la desinformación hay trasplantados pero no es suficiente.

“Hay  tanta desinformación en el mismo paciente renal que de más de 16.000 en diálisis hay aproximadamente 1.500 en lista de espera para ser trasplantados. La idea es que todos estén en esa lista de espera”.

Que cada día haya más trasplantados dependerá de la conciencia de la gente y su iniciativa para convertirse en donador. Si no hay donante, no hay trasplante.

Todos los días mueren personas y son pocos los órganos que se aprovechan porque la gente no toma conciencia de esto. La gente no piensa en dar vida después de la vida.

Las campañas prácticamente no existen, ni por parte del Estado, ni las instituciones privadas.

Avedestras realiza maratones para que la sociedad sepa que hay muchos pacientes esperando.

El trasplantado sí tiene mejor calidad de vida, mucho más que aquel que recibe tratamiento de hemodiálisis o diálisis peritoneal.

En las propias unidades de diálisis se aprecia apatía o rechazo al trasplante.

“Por ejemplo, hay una señora que tiene 22 años en diálisis. Ya su cuerpo está deteriorado. Otros tienen entre 4 y 15 años. Eso evidencia que nunca fueron orientados”.

 

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