La intercomunal Florencio Jiménez permaneció cerrada este miércoles durante más de cuatro horas, como consecuencia de la protesta que llevaron a cabo familias de la comunidad San Miguel Arcángel, en el kilómetro 14.
A las seis de la mañana, un grupo de ellas colocó ramas en la vía impidiendo el tránsito automotor en ambos sentidos.
“Esta es la única manera que nos paren porque ya agotamos todas las gestiones para que resuelvan nuestros problemas”, expresó Marcia Matheus, una de las líderes de la manifestación.
En primer lugar, dijo, está el caso de la red de cloacas, construcción a cargo de una contratista de Corpolara, que la dejó abandonada, supuestamente hace seis meses, y las personas no pueden caminar por las calles.
Otro vecino identificó a la empresa como Caminos y construcción, cuyos directivos no aparecen por el lugar.
Otro problema es el del agua, que en San Miguel Arcángel no les llega por ningún medio oficial, por lo que cada quien tiene que comprarla a cisterneros particulares para no morir de sed.
Erlinda Canelón, otra de las vecinas, dijo que han ido a Hidrolara y a la alcaldía para pedir les incluyan en los recorridos y no han tenido respuestas positivas.
Otra de las deficiencias de la comunidad es la del suministro eléctrico pues a pesar de que tienen 15 años de haberse constituido, Corpopelec no ha instalado los cables en toda su extensión, obligando a numerosas familias a instalar tomas de manera irregular.
La necesidad de patrullaje policial es otra exigencia de la barriada y, afortunadamente, oficiales de la PNB y PL les prometieron resolvérselos a la mayor brevedad posible.
Mientras duró la toma, hasta las dieza y media, hubo varios intercambios de palabras subidas de tomo entre manifestantes y transportistas que reclamaban haberles detenido sus viajes por problemas que no les compete.
Afortunadamente policías y guardias nacionales mantuvieron el orden y evitaron violencia.
