Ventana abierta – Un nuevo Gobernante

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Para recordar: “Y oí una gran voz del cielo que dijo: “Ahora la morada de Dios está con los hombres, y él habitará con ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos, y será su Dios” (Apocalipsis 20:3).

En casi todos los países del mundo, constantemente, se realizan elecciones políticas. Y ¿qué resultados se esperan? ¿Elegir nuevas autoridades? ¿Ratificar los anteriores? Tal vez, los votantes desean seleccionar personas que resuelvan la mayoría de los problemas existentes y no, que originen más dificultades.
Después que Jesús, el Hijo de Dios, nació, representaba un problema para romanos y el pueblo Judío ¿Por qué? Porque la profecía decía que iba a nacer un rey, y señala: “Pero tú Belén Efrata, pequeña entre los millares de Judá, de ti saldrá el que será Señor en Israel. Su orígenes son desde el principio, desde los días de la eternidad” (Malaquías 5:2).
Y el profeta agrega: “El rey estará firme, y apacentará con el poder del Señor, con la grandeza del Nombre del Eterno su Dios. Y habitarán seguros, porque su grandeza llegará hasta el fin de la tierra” (Ídem 5:4).
Antes, Isaías había mencionado: “Porque un Niño nos es nacido, Hijo nos es dado, y el gobierno estará sobre su hombro. Será llamado Maravilloso, Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Isaías 9:6).
En Mateo, capítulo 2, los sabios de oriente buscaban a Jesús como un rey; entonces el romano Herodes, por temor, por rabia y entrampado por el diablo, mandó matar a todos los niños menores de dos (2) años, y por ello: José, María y Jesús, tuvieron que huir a Egipto (Comparar con Apocalipsis 12).
Al descifrar la profecía, los propios sacerdotes Judíos estaban desconcertados, persiguieron a Jesús, porque representaba, para ellos, alguien que les iba a remplazar. Fue tanto el rechazo que hasta hoy, lamentablemente, hay judíos que no aceptan que Jesucristo vino a esta tierra, por primera vez.
La rabia fue tan eminente para los adversarios de Jesús, que lo mataron en una cruz. Pero, para el pueblo, Jesús representaba más que un Salvador: Tendrían a alguien que perdonaría los pecados, podía solucionar los problemas de hambre, enfermedad y muerte. No habría necesidad de construir hospitales, ni cárceles, tampoco cementerios, acueductos, sistemas eléctricos, casas, porque con su propia Palabra bastaría. Según Génesis y la Biblia, Dios (Jesús) hizo la tierra con su verbo, ¿qué mas pudiéramos esperar?
Al parecer, los humanos aprendemos poco de la historia. De nuevo, estamos esperando a Cristo, ahora por Segunda vez, y no vendrá a tumbar a ningún gobernante. Cuando Él venga, finalizará la historia de este deteriorado planeta. Tal como lo dice Mateo, que será predicado el evangelio “entonces vendrá el fin” (24:14).
Por lo tanto, hoy, no estamos aguardando un nuevo Mesías, estamos esperando a Jesús para ir al cielo; después de mil años, es cuando descenderá la nueva Jerusalén a la tierra; se establecerá un nuevo Gobernante (Eterno) y se cumplirá: “Ahora la morada de Dios está con los hombres, y él habitará con ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos, y serán su Dios” (Texto inicial).
Cristo será el centro, el tema eterno de estudio, de amor, de unión para todos los salvados y habrá un nuevo mundo, una nueva vida y sin ningún problema ¿Te gustaría formar parte de ese grupo?

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