El cuidado del motor siempre ha sido una de las prioridades para los conductores, porque mediante la prevención le están garantizando vida útil prolongada a este importante componente que pone en movimiento los vehículos.
Actualmente, debido al tema de la falta de repuestos, ha aumentado el esmero en los dueños de automóviles por proteger este sistema, ya que saben que en el mercado no se consiguen las piezas con las cuales se arma un motor, luego de haber experimentado desgaste por el transcurso del tiempo, o deterioro por descuido.
Consultados varios vendedores en Barquisimeto, coincidieron en señalar que en los estantes de sus establecimientos faltan pistones, anillos, conchas de biela, concha de bancada y empacaduras en sus diversas presentaciones, entre otras piezas necesarias para ensamblar este mecanismo.
Indicaron que este año la situación empeoró, en comparación con el 2014, porque por una parte la escasez se acentúa, y por el otro, los precios han subido entre un 20% y un 40%.
Puntualizaron que no solamente el problema de desabastecimiento se concentra únicamente en los componentes para motores, sino que quienes manejan negocios de este tipo enfrentan la dificultad de no contar con rodamientos, bombas de frenos, pastillas y bujías.
Durante el recorrido por la ciudad, se constató que aún se consiguen piezas para el tren delantero de los carros, como muñones, terminales, mesetas, rótulas y amortiguadores.
Expusieron que una de las causas para que persista este problema es la dificultad en la obtención de divisas que afecta a quienes se encargan de hacer las importaciones.
Mauro Quiñones, un conductor entrevistado al respecto, manifestó que si bien estas piezas no están desaparecidas del mercado, cierto es que su búsqueda se hace incansable para encontrarlas, porque no todas están en un mismo local y se debe caminar mucho.
Lamentó que hoy día a un vehículo se le daña el motor y el dueño lo debe parar hasta que encuentre las partes mecánicas para arreglarlo.
“Si la persona se dedica al transporte público debe detener la unidad y eso se convierte en una pérdida económica para él”, adujo.
Afirmó que a sus 59 años, es la primera vez que observa en Venezuela una escasez de esta naturaleza que golpea fuertemente al campo automotriz, al que se le suma la falta de comida y artículos de aseo personal en los supermercados, en detrimento progresivo de las familias más humildes.
