“Estábamos en el puesto de las grúas, en la avenida Bracamonte con Libertador, cerca de las once de la mañana. Desde hacía rato vimos a dos sujetos en una moto roja, pero no imaginamos que nos observaban. Al rato llegaron, sacaron un arma, nos amenazaron de muerte y le robaron el celular Samsung Gallaxy S3 a Luis Enrique Torcate, de 23 años”, narró una de sus acompañantes al momento del hecho.
La joven, quien prefirió resguardarse en el anónimato por miedo a represalias, contó que el hoy occiso, a quien por cariño le llamaban Kike, persiguió a los delincuentes junto a un amigo, y en la urbanización Fundación Mendoza, entre la carrera 1 y la urbanización Morán, el hampón bajó de la moto, se fue a los puños con las víctimas y posteriormente le propinó un tiro en la cabeza al hoy occiso.
Según los testigos presenciales, el conductor de la moto Horse se dio a la fuga y el parrillero, quien disparó, fue el que quedó y tras cometer el homicidio corrió hacia la avenida Morán donde lo esperaba un carro Chevette, de color marrón, en el cual escapó.
En la escena del crimen quedó un casquillo de proyectil.
El amigo de Kike comenzó a llamar a los compañeros de trabajo y familiares para avisarles la mala noticia.
Drama familiar
A las 11:20 a.m., llegó el hermano quien, al ver el cadáver de su hermano, ahí tirado, tapado con una sabana, se lanzó encima y comenzó a llorar.
Así fueron llegando uno tras otro. Veinte minutos después del mediodía se acercó una mujer de cabello oscuro, quien no ocultó su sentimiento. Lloraba sin parar y al mismo tiempo gritaba: “Mi esposo no… él me dijo que me iba a buscar. Nuestro bebé, él quería verlo el viernes en el vientre. ¿por qué me lo quitaron?”, momento en que sus amigos la separaron del cadáver y se la llevaron en brazos hasta que ella se desmayó por unos minutos.
Posteriormente, se volvió a acercar y expresó lo mal que se sentía por el fallecimiento de su pareja.
Torcate también tenía una hija y según manifestó su esposa, esperaba tener un varón con ella.
El hoy occiso trabajaba como conductor de grúas de Veneasistencia y residía en la vereda 61 con calle 10 del sector 2 de La Carucieña.
Según otra mujer que llegó al sitio del suceso llorando, Kike cumpliría 24 años en 15 días.
“Da dolor como nos estamos acabando los venezolanos. Esa gente no tiene piedad; hay que hacer justicia”, comentó una mujer que pasaba junto a su pequeña hija, a quien había buscado en una escuela que está cerca.
Robos por doquier
Al conocer la lamentable noticia, los vecinos de la Fundación Mendoza salieron de sus casas y expresaron que son víctimas de robos todos los días.
“A las 07:00 a.m., al mediodía y en las tardes son las horas que más cometen fechorías, generalmente buscan celulares”, aseveró una de las habitantes de las zona.
Otro hombre que vive por el lugar, dijo que en una oportunidad también persiguió a los malandros y según él, se metieron para la Ruezga y otros hacia El Jebe.
Ellos aseguran estar cansados de la inseguridad, llaman a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) pero cuando llegan, ya todo ha pasado.
“Tuvimos que colocar cámaras de seguridad y hasta pancartas en rechazo a lo que vivimos pero igual, seguimos siendo víctimas de robos”.