El 10 de enero de 2014 trabajadores de EL IMPULSO marcharon por primera vez ante la escasez de papel periódico que venía afectando al diario desde septiembre de 2013.
Ocho meses después, específicamente el 10 de septiembre, anunciamos que EL IMPULSO, fundado en 1904, dejaría de circular el 14 de ese mes.
Finalmente, la solicitud de papel se concretó por parte de la Corporación Alfredo Maneiro.
Los últimos meses la venta del papel se había regularizado sin embargo, la respuesta a la última solicitud fue angustiante: “Para EL IMPULSO no había inventario”, lo cual, una vez más, encendió las alarmas y la angustia de los más de 200 trabajadores que laboran en esta casa editorial, con más de un siglo de historia.
Hoy día, el silencio oficial sigue siendo la norma, lo cual nos llevaría a interrumpir la circulación este viernes 5 de junio.
Silenciar
“Somos solidarios con la familia del diario EL IMPULSO y nos sentimos profundamente preocupados”, expresó Andrés Colmenárez, vicepresidente de la ONG Fuerza, Unión, Justicia, Solidaridad y Paz (Funpaz).
Apuntó que silenciar un periódico tan crítico, independiente y autónomo como el Decano de la Prensa Nacional, significa acallar la voz del pueblo.
“La traba burocrática que coloca la Corporación Maneiro no es más que una simple excusa para silenciar al impreso, un medio que se ha mantenido firme pese a las amenazas y restricciones.
Si el diario cierra se verán afectadas las organizaciones no gubernamentales de carácter civil”.
EL IMPULSO, dijo, es una de las pocos ventanas que nos quedan, ante otros impresos y canales de televisión que se autocensuran.
“Sufriríamos una profunda pérdida en nuestros espacios de opinión si se llegara a materializar el lamentable cierre de EL IMPULSO”.
Alarmante
La situación que están viviendo todos los trabajadores de EL IMPULSO ya no es preocupante sino alarmante, agregó Aura Rosa Matheus, secretaria general del Colegio Nacional de Periodistas, seccional Lara.
“Una vez más el diario llega a un momento crítico en lo que se refiere a insumos porque la Corporación Maneiro no ofrece ninguna respuesta. Se desconoce si realmente no hay papel para los impresos, si es que no hay divisas para adquirir el papel o es que no le quieren dar la materia prima a EL IMPULSO. Urge una respuesta porque ha pasado mucho tiempo y los recursos del diario se agotan”.
La gente no puede ser indiferente a la recurrente crisis de papel que afecta a los diarios impresos, declaró.
“Todos somos venezolanos y sufrimos por igual la situación que padece el país; pero debemos hacer algo porque se nos está yendo la vida en una cola y estamos descuidando la parte comunicacional, la libertad de expresión y opinión. Por encima de todo tenemos el derecho a estar informados y a disponer de las distintas visiones de la realidad”.
Afectados
Para Nelson Fréitez, sociólogo y profesor de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, los primeros afectados serán los usuarios.
“Las comunidades organizadas, gremios, sindicatos, asociaciones empresariales, vecinales, organizaciones de derechos humanos, resultarán afectadas porque en el diario encuentran una ventana para informar, expresar sus demandas, propuestas y reivindicaciones”.
Explicó que esta situación del papel tiene un conjunto de implicaciones muy serias sobre los derechos civiles de la población.
“La gente no tendrá posibilidad de emitir su mensaje y hacer sus exigencias, entonces, no se trata sólo de la situación de EL IMPULSO, su personal y propietarios, se trata del derecho que tiene la población a expresarse, informarse y formarse su propio criterio”.
Elvira Zambrano: Todo se lo debo al diario
37 años le ha entregado la señora Elvira Zambrano al diario EL IMPULSO. Actualmente es cajera principal.
“Esta situación es estresante. No sabemos qué ofrecerle al cliente para no quedar mal. La zozobra es muy fuerte. Hoy podemos tener trabajo; mañana no sabemos. Nunca habíamos pasado por algo así. Uno tampoco puede adquirir compromisos que después no se puedan cancelar”.
Todo lo que tengo, la crianza de mis hijas, se lo debo al trabajo estable en el periódico. Considero que para las nuevas generaciones es muy difícil, mucho más cuesta arriba surgir. EL IMPULSO es mi segunda casa y me embarga la tristeza pensar que pueda cerrar”.
Nellys Mendoza: Esta es mi casa
“Tengo 46 años en EL IMPULSO. Ingresé como ayudante de corrección. EL IMPULSO es mi casa. Desde los 17 años trabajo en esta empresa. La situación del papel y las restricciones para acceder a las divisas es una experiencia nueva, nunca antes experimentada. Esta realidad que nos afecta es muy triste. Hoy tenemos trabajo y mañana no sabemos, todo es una incógnita, vivimos a la expectativa, en zozobra. Como trabajadora y como ciudadana me preocupa. Nuevamente vuelve a angustiarnos la falta de papel. En un principio se había regularizado, pero ahora vuelve a invadirnos el nerviosismo”.
Carmen Amelia Lanz: Libertad para funcionar
«Un país sin libertad no funciona y estamos bajo un Gobierno que se hace el sordo con respecto a los que piensan distinto. EL IMPULSO ya tiene más de un año padeciendo esta situación que genera mucho estrés, porque no sabemos hasta cuándo tendremos trabajo», expresó Carmen Amelia Lanz, gerente de Publicidad en Caracas, con 30 años en la empresa. “Es inadecuado dejar la venta de papel, de manera exclusiva, en manos de la Corporación Alfredo Maneiro. Debe terminar esa política que busca asfixiar a medios independientes”.
Hugo J. Boscán: Ojalá se haga el milagro
“Por primera vez observamos una circunstancia de esta naturaleza en los 35 años que tengo laborando en la empresa. En estos 16 años de Gobierno es cuando se han visto más ataques a los medios de comunicación social. Años atrás la empresa podía adquirir divisas sin trabas y comprar el papel con total libertad, disfrutaba de líneas de crédito, las cuales aparentemente el Gobierno no tiene. EL IMPULSO está limitado para circular; nuevamente la preocupación nos embarga. En la calle recibimos muestras de solidaridad de los lectores, quienes también se muestran afectados. Esperemos que la reunión de Maduro con el Papa haga el milagro y llegue el papel”.
Jesús Ramsbott: Esperamos por Maneiro
Años atrás, cuando no existía la crisis de papel periódico, había más productos, contó el fotomecámico con 30 años de labores en EL IMPULSO.
“Le ofrecíamos al lector el suplemento dominical, las comiquitas, cuerpos como Turístico, B+, Punto y aparte, la página Literaria; todo eso desapareció. De seis cuerpos bajamos a dos. Ahora la situación es caótica, bastante triste. No sólo es este medio, muchos periódicos viven esta tragedia, es muy difícil para todos. Seguimos a la espera de una respuesta por parte de la Corporación Maneiro”.
Oswaldo Azuaje: Debemos seguir circulando
«Es lamentable que el periódico más antiguo de Venezuela esté pasando por esta crisis. Se nota que no hay voluntad de parte del Gobierno para resolver el problema y no solo a la directiva de EL IMPULSO, sino a todos los trabajadores», afirmó Oswaldo Azuaje, reportero gráfico con 42 años en la Corresponsalía en Caracas. «Esperemos que en las próximas horas se resuelva esta situación que nos tiene en ascuas».
Afirmó que es necesario que el periódico más antiguo del país siga circulando. “Somos icono para Lara”.
Patrimonio
EL IMPULSO, más que un diario, es una pieza fundamental del patrimonio cultural de Lara y Venezuela, sostuvo el doctor Freddy Castillo Castellanos, especialista en derechos culturales.
“Todo Gobierno que atenta, hostiga, persigue y obstaculiza el periodismo, es un gobierno dictatorial”, acotó. La democracia, prosiguió, implica un principio incuestionable, axiomático; que es la libertad, y lo más representativo de ella es la opinión pública en la prensa.
Expresó que cualquier Gobierno, que dificulte el ejercicio de la libertad de prensa, en este caso valiéndose del irritante monopolio del papel, es dictatorial.
“Se trata de una exhibición cínica de la falta de democracia. Es gravísimo perder un espacio para expresarnos, eso nos afecta a todos, no sólo al medio si no a todo lo que representa. EL IMPULSO es espacio de muchas voces, perderlo nos impediría respirar libremente”.