La exploración del espacio ha dejado nuevos conocimientos científicos, que la vida de Einstein no pudo alcanzar e incorporar a los suyos, porque murió antes de que se iniciara la era espacial. El primer artefacto confeccionado por el ser humano fue el Spunik I, que viajó al espacio el 4 de octubre de 1957. Consistía en un pequeño globo que demostró, por primera vez, que el hombre iniciaba la conquista del espacio. El 12 de abril de 1961, en la nave Vostok I, Yuri Gagarin, en el primer vuelo tripulado, salió al espacio abierto. La primera información que nos trajo del espacio fue ésta: “El espacio es oscuro como la noche y muy frío”. La lectura de esta información implica toda una concepción novedosa para la ciencia aferrada a esquemas inflexibles de interpretación.
Cuando los Estados Unidos enviaron hombres al espacio, los astronautas tripulantes confirmaron la información dada por el cosmonauta soviético. El 4 de marzo de 2002, la nave Columbia, con la tripulación de los astronautas John Grunsfeld y Rick Linnehan, realizaron una caminata espacial. La misión: trabajar en las reparaciones a que debían someter el telescopio espacialHubble.
Grunsfeld es un astrónomo que goza de mi más estimado aprecio por sus hazañas en el espacio. En 1999 hizo dos viajes al espacio con la misión de trabajar para el Hubble. Las caminatas no pueden extenderse más de seis horas porque se corre el riesgo de que si se exceden en el tiempo, debido al frío extremo, pueden morir de inanición.
Grunsfeld viajaba a 560 kilómetros de altura y en el momento en el que daba la información pasaba sobre el desierto del Sahara. Estas fueron sus palabras: “Hola, señor Hubble, estamos aquí para darte potencia”. Seguidamente exteriorizó, imagino lleno de emoción, lo que sus ojos expectantes contemplaban: “Que vista más hermosa”, -dijo Grunsfeld al salir el lunes del Columbia para su caminata espacial, ante el panorama del amanecer sobre el desierto del Sahara, que comenzaba a iluminarse con una luz rojizamente tenue, que contrastaba, como lo explico al centrode contacto en la Tierra, en Cabo Cañaveral, con el negro intenso del espacio exterior a sus espaldas”.
Hay en esta exposición de Grunsfeld para la humanidad, novedosísimos descubrimientos y un aprendizaje desconocido para todos. Veamos, la luz que ilumina los días se origina en nuestra propia atmósfera, como se desprende de su observación de ese lunes 4 de marzo de 2002 en el amanecer sobre el desierto del Sahara. Y la confirmación de la total oscuridad del espacio como lo había anunciado
Gagarin el 12 de abril de 1961.
@carlosmujica928
