Los interventores de la Azucarera Pío Tamayo, de El Tocuyo, están llevándose los equipos de que dependen los productores de caña para trasladar la materia prima para su molienda, lo que significa su desmantelamiento.
La denuncia fue formulada por el ingeniero Edgar Contreras y Dioli Sira, directivos principales de Socadol y Asocaña, respectivamente, acompañados por un grupo de cañicultores.
Explicaron que por orden del presidente de la junta interventora, general Wilfredo Silva, se han llevado doce camiones, dos cosechadoras, un tractor de empuje y otras maquinarias indispensables para el “arrime” de la caña desde las fincas hasta el central, una de las principales empresas del municipio Morán.
Sira enfatizó en que a tal extremo ha llegado la intención de acabar con los grandes y pequeños productores de Morán que han tratado de llevarse a la fuerza, los fines de semana, máquinas reparadas por ellos.
Aclararon que el presidente de la azucarera, José Mora, no ha estado de acuerdo con el retiro de los equipos a otros centrales, entre ellos el de Cumanacoa, Sucre, pero la orden proviene de Wilfredo Silva.
Mientras eso ocurre, en las fincas permanecen, en riesgo de perderse, 50 mil toneladas de caña ya quemada, que generarían unas 4 mil toneladas de azúca, la misma cantidad que, procedente de otros países, el central está refinando actualmente.
Hicieron un llamado a la abogado Laura Riera, consultora jurídica de CVA Azúcar, para que vaya a El Tocuyo a enterarse de lo que allí está pasando, reuniéndose con los afectados.
También recordaron la deuda que por más de 17 millones de bolívares tiene ese organismo con los productores por diversos conceptos como la llamada corrida, correspondiente a marzo y abril, liquidación final y deuda por melaza.
Debido a esas deuda, los productores del municipio Morán se encuentran en delicadas condiciones por carecer de los ingresos necesarios para cumplir con sus compromisos.
Los dirigentes de los cañicultores calculan en 1.297 toneladas de azúcar que se han dejado de producir a causa del mal funcionamiento de las vieja factoría tocuyana.
Eso representa pérdidas por unos 26 millones de bolívares.
No se descartan acciones de la colectividad morandina en solidaridad con la azucarera Pío Tamayo, de la que depende gran cantidad de familias, directa e indirectamente, y que últimamente ha disminuido notablemente en cuanto a producción.
