Cerca de cien trabajadores que quedaron sin empleo a raíz del cierre del matadero de La Vigía, ubicado en el caserío del mismo nombre, a un lado de la carretera Quíbor-El Tocuyo, siguen confrontando una incertidumbre por la falta de reapertura de la factoría.
Se trata de una empresa donde diariamente eran beneficiadas unas 300 reses, aunque, aparentemente por mala administración, suspendió sus actividades hace más de un año, dejando cesantes a cerca de cien padres de familia.
Hace algunos meses surgió la idea de reactivar ese centro de matanza con el fin de abastecer de carne, no sólo al municipio Jiménez, sino también a otros de la entidad larense.
El empresario Francisco Jiménez, conocedor del negocio de la carne, obtuvo la concesión para encargarse de la empresa, algo que alegró a la masa laboral que lleva meses esperando reiniciar sus actividades, algo que no ha ocurrido porque el ministerio de Salud o del Ambiente no han otorgado los permisos respectivos para el beneficio de ganado.
Los obreros se declararon en campaña para que se autorice la reactivación del matadero.
“La burocracia atenta contra la soberanía alimentaria”, se lee en una de las pancartas colocadas en el sitio.
