Deyanira Graterol tiene 30 años dedicada a la labor comunitaria. Es conocida por llevar las riendas de la Fundación Macario Yépez, institución que año tras año entrega los premios Ejemplos de Juventud y los reconocimientos Juan Manuel Carmona, Eduardo Gómez Tamayo y Mariano Kossowski, en el Día Nacional del Periodista.
“Tengo 12 años al frente de la fundación que nació para atender culturalmente a la comunidad. El caricaturista Néstor Juares fue uno de los primeros en colaborar”.
Labrar el camino fue cuesta arriba, pese a que se trata de una asociación civil sin fines de lucro.
Sin embargo, la líder social esta permanentemente presta y dispuesta a orientar y encaminar los problemas a la gente del 23 de enero y Cruz Blanca.
“Cada vez es más difícil, las cosas han cambiado mucho. Antes podíamos hacer actividades en la plaza todos los domingos, ahora la inseguridad no lo permite”.
Mencionó que hacer escuchar sus planteamientos no es fácil.
“Tengo que pasar hambre, llevar sol y agua, caminar mucho, montar cacería y tocar varias puertas. Tengo que hacer magia porque soy responsable de mucha gente que confía en mí. Esta labor sigue siendo un esfuerzo”.
Se trata de aportar soluciones, es un oficio altruista, gratis, ad honorem, como lo quieran llamar, añadió. Su ganancia la componen las satisfacciones y alegrías de los vecinos. Sin olvidar que las comunidades atendidas se han institucionalizado a través de la Fundación Macario Yépez, la iglesia Claret y el consejo comunal, del cual también es parte la señora Deyanira. “Todos los problemas son importantes, no distingo entre ideologías o colores”.
En positivo
Cada acción que se realice en el marco comunitario (social, cultural, deportivo, educativo) debe llevar impreso un mensaje positivo, que pueda ser aprovechado los vecinos, especialmente por los niños y jóvenes según expresó Ronothi Torres, líder comunitario de la urbanización Ruezga Sur a lo largo de 30 años. “En un pasado esas labores estaban impregnadas de mucha mística y conciencia.
Hoy en día esas acciones se han contaminado en muchas formas: seudo dirigentes y politiquería partidista. Un verdadero luchador social no ve colores ni ideologías divisionistas. Su norte son los más necesitados sin distinción”.
Agregó que esta ciudad en el pasado gozaba de armonía y organización, de gente emprendedora y amable. De un tiempo para acá la apatía y la decepción ganaron terreno. La organización popular desvió su norte, dijo.
Los Consejos Comunales obedecen a una línea partidista equivocada, olvidándose de su objetivo fundamental: la comunidad.
“Los habitantes de las comunidades a través de sus dirigentes sociales visualizan sus necesidades y se organizan para solventar cualquier problema. Son necesarias escuelas de formación de lideres comunitarios. La lucha social siempre encuentra el camino a seguir a través de dirigentes genuinos”.
Torres indicó que las comunidades, dependiendo de sus necesidades mas sentidas, se integran y participan, sobre todo cuando sus dirigentes siembran conciencia con el ejemplo.