A pesar de los esfuerzos por innovar en los sistemas de atención, oficinas del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), registran alta demanda de usuarios que desean tramitar la cédula de identidad, pasaporte o realizar la corrección de los datos filiatorios. El que piense que la misión será fácil, está equivocado. Se requiere de tiempo y mucha paciencia para gestionar cualquier documento.
Aunque la mayoría de solicitantes amanezca en las afueras de la oficina Jacinto Lara o El Ujano, nada ni nadie les garantiza que saldrán temprano. Una dama explicó a EL IMPULSO que iba a corregir los datos de su cédula de identidad.
Llegó a las 06:00 de la mañana y el vigilante le dio el número 59, pero no desistió de la hazaña. Pudo completar todo el proceso a las 03:00 de la tarde, pero al salir, más allá de hacer reclamos por las nueve horas de espera, sintió alivio. Al analizar la situación, señaló que muchas personas madrugan, pero abren las puertas al público a las 08:00 de la mañana. Luego los hacen pasar por grupos, mientras una gran parte se queda afuera expuesta al sol, lluvia y delincuentes. Cuando se acerca el mediodía comienza la angustia de muchos, porque baja el ritmo de atención, debido a que el personal toma la hora de almuerzo y pocos quedan en servicio.
Por lo general los trabajadores tardan en incorporarse y ante la ausencia, muchos consideran que la institución debe incorporar suplentes a fin de evitar retrasos.