Tramitar documentos en el Edificio Nacional, sede del Poder Judicial en el estado Lara, es una odisea. Gran parte de los interesados madrugan, hacen cola, esperan varias horas, llenan planillas y sin embargo no cumplen el objetivo, motivo por el cual regresan en días posteriores a fin de completar los requerimientos. Desde tempranas horas se aglomeran usuarios en ambas entradas del recinto para la Oficina de Atención al Público, Registro Principal, Medicatura Forense, Unidad Receptora de Documentos en materia penal y civil. También en los Tribunales de Control, de Juicio y de Ejecución.
Otros, en cambio, acuden a los Tribunales con competencia en materia civil, mercantil, Violencia de Género, los Municipales, de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes. En cualquiera de los casos, las personas están conscientes que deben perder la mañana, quizá hasta parte de la tarde para tener el resultado deseado. La espera es larga y las quejas recurrentes. Mientras llega el turno, la mayoría conversa en la fila, desayuna, toma un descanso en las escaleras o se protege del sol, pero siempre hay un grupo que en medio del desespero denuncia que se necesita de Dios y su ayuda para ingresar. La única señal de aliento la ofrece el personal de seguridad: “Calma señores, vamos a tener paciencia”. “Es evidente que no se implementan sistemas para mejorar la atención”, dijo un abogado, quien hizo referencia a las penurias que pasa el gremio para entrar al edificio, pues además de aguardar en la cola junto a los usuarios, les toman fotografías.