Nuevamente las mujeres y hombres que por necesidad deben hacer largas colas en el Mercal de Patarata para adquirir artículos de la dieta básica o primera necesidad, encontraron problemas para ingresar.
“Deberían tener algo de consideración con nosotros, sobre todo con la gente mayor, que llegamos a las cuatro de la mañana, o antes, y a las once todavía no hemos podido entrar a hacer la compra”, manifestó una señora mientras recibía los rayos solares directamente en su rostro, sentada en una acera. Otra dijo que todos los días ocurre lo mismo, que los camiones con la mercancía llegan a las diez de la mañana, o después, hasta que no coloquen los productos en los estantes no permiten el acceso a los compradores.
Hace pocos días los tuvieron esperando hasta después del mediodía, lo que originó una airada protesta, incluso con cierre de la Libertador e intervención de la Guardia Nacional.
Diariamente en el Mercal de Patarata se reparten 600 pases, la mitad para gente de la tercera edad. Todos llegan antes del amanecer y por la mala administración están allí hasta después del mediodía por el retardo en la apertura de las ventas.
“Los que no hacen cola son los cubanos y algunos militares vivos que pasan directo a hacer sus compras”, expresó un anciano mientras hacía fila para entrar.